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Intensas lluvias provocan una gran inundación en Santiago de Chile. La lluvia era muy esperada y necesaria tras meses de sequía. Sin embargo, esta causó estragos la noche del martes 26 de abril en Santiago. Allí, unos 30.000 hogares quedaron sin electricidad.
Millares de casas sufrieron inundaciones, sobre todo en los barrios más desfavorecidos del sur de la capital chilena.
Ante todo la gran necesidad del pueblo chileno era paliar el grave déficit de agua de la región metropolitana.
Sin embargo, la amenaza de cortes de suministro de agua los próximos meses ha evidenciado la precariedad de las infraestructuras.
Según la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi), entre la tarde del martes 26 de abril y la madrugada de este miércoles 27 de abril cayeron sobre la capital de Chile apenas 36 milímetros de agua. Esto fue suficiente para generar cortes de electricidad a nivel municipal. Calles y emplazamientos subterráneos urbanos en zonas residenciales como Melipilla quedaron anegados. Por su parte, la lluvia era intensa en Macul, Talagante, Ñuñoa, Recoleta y San José de Maipo.
El desplome de árboles debido a la fuerza de los vientos multiplicó e intensificó los atascos ya de por sí grandes en Santiago de Chile. La ciudad no veía caer el agua desde el pasado año. Allí varios ríos se han desbordado, y zonas del norte, y que ha dejado las primeras nevadas intensas en la cara este de la cordillera de los Andes.
Expertos aseguran que debería llover con la misma intensidad durante al menos una semana para que la capital y los ríos que la atraviesan pudieran salir del estado de «sequía permanente». De esta forma podrían garantizar el suministro de agua a todos los habitantes de la región Metropolitana.
Según distintas organizaciones internacionales, un 72 % de la superficie de Chile padece sequía en algún grado.
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