A sus 100 años, Beryl trabaja de voluntaria en la cafetería de un hospital de Reino Unido en plena sexta ola del Covid.
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Beryl acude cada semana desde hace 18 años a hospital de Londres donde trabaja como voluntaria. A pesar de que hace poco cumplió 100 años, su edad no supone un impedimento para servir cafés en plena era del Covid.
Beryl Carr, la veterana voluntaria de un hospital de Reino Unido
Beryl ve su oficio como un salvavidas, y aunque es consciente de que sus años no la permiten ser tan rápida como otros de los trabajadores, todos los que la acompañan durante su jordana laboral reconocen que es una luz dentro de una época de mucha oscuridad.
Carr sentía que necesitaba ser útil para los demás, de ahí surgió su idea de ejercer como voluntaria. Dedica cuatro horas al día a atender a la clientela, a la que siempre atiende con mucha simpatía y amabilidad.
Fue un 14 de enero de 1922 cuando Beryl vino al mundo, y hace unos 18 años tomó la decisión de regresar a su ciudad natal para vivir cerca de su hija después de que esta quedó viuda. De hecho fue ella la que la informó de que buscaban voluntarios en el bar del hospital.
En una reciente entrevista contó que fue duro para ella el tener que aislarse cuando comenzó la pandemia, ya que estaba dentro del grupo de riesgo por su edad. Una época en la que echó mucho de menos su voluntariado.
Reconoce que su buen estado y su ánimo se deben a que no deja de moverse, por lo que su intención queda muy lejos de quedarse quieta sentada viendo la vida pasar como haría muchos de los mayores que tienen su edad.
Fiesta de cumpleaños
Beryl tiene todo el cariño de sus compañeros de trabajo, hasta tal punto de que no dudaron en organizarla una fiesta por su 100 cumpleaños preparándola un bizcocho de vainilla. Además como ocurre con todos los centenarios de Reino Unido, aquel día recibió la felicitación de la Reina.
Su insólita historia
La vida de Beryl no ha sido nada fácil, fue ella misma quien narró que en su época de adolescente vivió durante un tiempo en refugio antiaéreo. Todo ello debido a la segunda guerra mundial donde se dedicaba a coser globos de barrera que evitaban que los aviones del bando de los enemigos pudieran volar demasiado bajo.
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