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Un hombre sobrevive al tsunami de Tonga nadando 28 horas. Esta es la historia de un carpintero jubilado de 57 años.
Un carpintero jubilado de 57 años con problemas de movilidad sobrevivió al devastador tsunami que sufrió Tonga el pasado fin de semana.
Lo hizo tras ser arrastrado por una ola y resistir en el mar durante 28 horas. Lisala Folau es su nombre y es uno de los 60 habitantes de la isla de Atata. Este fue arrastrado al mar por el tsunami a las 7:00 de la tarde, tras recibir la alerta de las autoridades, según él mismo contó.
Sin embargo, este hombre estaba prevenido y se refugió con otros familiares en lo alto de un árbol, bajó demasiado pronto creyendo que el peligro había pasado y una ola se lo llevó. «Tenga en cuenta que estoy discapacitado. No puedo andar bien y cuando lo hago creo que hasta un bebé puede ir más rápido que yo», explicó.
Folau afirmó que en ese momento decidió no contestar a los gritos de su hijo, pues temía que éste pusiera su propia vida en peligro al tirarse al agua para rescatarlo. Es por ello que decidió dejarse llevar por la corriente marina para tratar de sobrevivir. «Simplemente floté, mientras me golpeaban las grandes olas que llegaban», explicó el superviviente. Finalmente llegó a la isla de Tongatapu, a 7,5 kilómetros de Atata, sobre las 22.00 del domingo, 28 horas después de que el mar lo arrastrara. Atata ha sido una de las pequeñas islas completamente destruidas por el tsunami, provocado por la atronadora erupción del volcán submarino Hunga Tonga Hunga Ha’apa, la más violenta registrada en el planeta en las tres últimas décadas.
La manera que ha tenido de sobrevivir representa uno de los primeros testimonios directos de la tragedia. Esta llega a los medios después de que el país haya pasado cinco días prácticamente incomunicado por la rotura de un cable submarino esencial para la línea telefónica y las conexiones de internet. Actualmente han registrado la muerte de tres personas en Tonga por el desastre aunque los daños no han sido cuantificados aún debido a la incomunicación de buena parte de sus 169 islas y a la dificultad de los equipos de rescate para acceder a los lugares más afectados.
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