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El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha ordenado a las tropas que deberán «disparar sin previo aviso» a los manifestantes que protestan en el país desde hace días.
En una comparecencia ante la nación, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha dado la orden de disparar sin previo aviso contra los manifestantes que han salido a las calles desde principios de este año para protestar por el alza del precio del combustible.
«He dado la orden de disparar a matar sin aviso previo», aseguró ante las cámaras. Según sus palabras, «20.000 terroristas están atacando Almatí», la antigua capital y epicentro ahora de los desórdenes.
Tokáyev advirtió además que «no habrá ninguna negociación con terroristas, con criminales y asesinos» y afirmó que «los que no se entreguen de inmediato, serán aniquilados». Para él, la revuelta está siendo instigada por «figuras extranjeras».
En todo el país está todavía vigente el estado de emergencia y el toque de queda. Según datos facilitados por el Ministerio del Interior, hay 3.000 personas arrestadas. En ese comunicado se informa de la muerte de «26 criminales armados y 18 heridos», de la «liberación» de todos los estamentos oficiales que habían sido asaltados en Almatí y de la instalación de 70 puestos de control a lo largo de todo el país.
El organismo informa además de 18 agentes asesinados y más de 740 heridos desde que comenzaron las protestas.
La OTSC -una alianza militar conformada por Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán- anunció el envío de tropas al territorio kazajo en respuesta a la petición del presidente.
Las tropas rusas han comenzado a llegar a Kazajistán para frenar los disturbios que estallaron el 2 de enero por la subida del precio del gas licuado (y que también disparó el de la gasolina). La represión de las manifestaciones ha dejado «decenas» de manifestantes muertos, según la policía.
Las unidades del contingente ruso de las fuerzas de paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) han llegado al país para apoyar a las fuerzas de seguridad a hacer frente a la situación de crisis, que provocó la semana pasada la dimisión del Gobierno.
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