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Alemania impone el confinamiento de los ciudadanos no vacunados para frenar el avance de los contagios de coronavirus en el país.
El Gobierno ha anunciado nuevas restricciones y medidas para controlar los contagios.
Los últimos datos del país sitúan la incidencia acumulada en 429 casos por cada 100.000 habitantes en siete días. Por ello, Alemania ha impuesto un confinamiento a aquellos ciudadanos que no se hayan vacunado.
La imposición a nivel federal de la llamada norma 2G -vacunados y sanados- para acceder a espacios públicos les lleva prácticamente al confinamiento.
«La situación epidemiológica es muy seria. Tenemos que romper esta cuarta ola y hasta ahora no le hemos conseguido», declaró canciller saliente, Angela Merkel. Ha sido la última conferencia de ministros presidentes que presidirá, pues Olaf Scholz estará ahora al mando.
La vacunación aún no es obligatoria, pero Scholz propone cambiarlo a principios del año que viene, a través de una iniciativa parlamentaria.
Un 32% de la población no está vacunada en Alemania, y a partir de ahora, no podrán acceder a ningún comercio no esencial, restaurante, teatro, acto deportivo o museos.
Sólo a farmacias, supermercados y droguerías, donde adquirir artículos de primera necesidad.
Los contactos sociales entre ellos se reducen al propio núcleo familiar o de convivencia y otras dos personas de otra burbuja de convivencia, sin contar a los menores de hasta 14 años, una medida que ya se aplica en Berlín y en otros estados federados.
Entre las medidas adoptadas se incluye el cierre del ocio nocturno a partir de ciertos niveles de incidencia de contagios, así como restricciones a eventos públicos y a los contactos.
Los clubes y discotecas deberán cerrar a partir de una incidencia acumulada de 350 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en siete días.
A partir de este valor de referencia el aforo de encuentros privados de personas vacunadas o sanadas quedará reducido a 50 personas en interiores y 200 en exteriores.
En las escuelas volverá a ser obligatorio el uso de la mascarilla.
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.