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Hilda Marcela Cabrales-Arzola, amiga de la modelo asesinada Christy Giles, quien fue localizada muerta a las puertas de un hospital en Los Ángeles, Estados Unidos, ha sido desconectada este domingo. Sus familiares tomaron la decisión de sus familiares al declararse su muerte cerebral.
La joven, una arquitecta mexicana de 26 años, apareció hace dos semanas en estado crítico e intoxicada a las puertas de un hospital. Misma suerte corrió su amiga Christy, con quien salió de fiesta aquella noche.
Hilda Marcela habría cumplido este lunes 27 años, y sus padres comenzaron su doloroso pedido de justicia.
Los médicos detectaron en su cuerpo una gran cantidad de heroína. Lograron revivirla, pero su estado de salud se fue deteriorando con el paso de los días. Las autoridades creen que fue drogada por los tres hombres que aparecen en un vídeo, encapuchados, arrojando el cadáver de Christy Giles a las puertas de otro hospital.
La familia de la joven prepara la donación de sus órganos. «Me he despedido de ella. Le he dicho que se vaya sin ninguna preocupación. Le dije que cada día del resto de mi vida voy a estar esperando para volver a verla y abrazarla, y decirle lo mucho que la amo. Le dije que gracias por estos 27 años siendo nuestra niña», ha relatado el padre de la joven, Luis Cabrales Rivera.
Tras ser diagnosticada con muerte cerebral, los padres de Hilda Marcela han acordado desconectarla del soporte que la mantenía con vida y donar sus órganos para beneficiar a entre nueve y 12 personas. La familia le dio el último adiós y le cantó cumpleaños feliz, esperando que, con sus órganos donados, la joven dará vida y esperanzas a muchas personas.
Hilda Marcela Cabrales, de 26 años, Christy Giles, de 24 y una tercera mujer, que pidió no ser identificada, salieron a divertirse el viernes 12 de noviembre. De una fiesta, salieron a otra, y de esta a una ‘after party’, a la que solo fueron las dos primeras jóvenes. Las víctimas intercambiaron un último mensaje por teléfono: «Vámonos de aquí». El texto incluía un emoji de asombro y la confirmación de que llegaría pronto un coche VTC.
Tras 12 horas sin comunicación, sus cuerpos fueron arrojados en las afueras de dos hospitales de Los Ángeles por tres hombres encapuchados que viajaban en un vehículo sin matrícula.
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