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En este artículo te contamos la historia de cómo un perro consiguió volver a caminar gracias a cuatro prótesis tras sufrir malos tratos y abandono.
Mónica es una perra rusa a la que abandonaron tras maltratarla.
Su caso es una historia de violencia extrema a la que un grupo de veterinarios consiguió darle una vuelta. Ahora, ya ha sido adoptada en Reino Unido.
Mónica, la perrita rusa, gracias a un grupo de veterinarios ha conseguido volver a andar.
Ella es la única perra en la historia que ha conseguido este hito veterinario: que le implanten cuatro prótesis en sus cuatro extremidades.
Mónica resultó ser una víctima más de malos tratos por parte de sus dueños. De hecho, llevaba más de 15 días a la intemperie cuando la encontraron. Fue entonces cuando vieron que la perrita rechazaba la comida. Sin embargo, un veterinario que ya había implantado cuatro prótesis a varios gatos consiguió lograr este hito de la medicina. Una historia con final feliz, ya que Mónica ya tiene una nueva familia en Reino Unido.
Tras 15 días pasando frío en Rusia, la activista y defensora de los derechos de animales Marina Gapich, de Krasnodar, fue consciente de este caso en diciembre de 2020 gracias a su vecino. La perrita, que rechazaba la comida, incluso lo más mínimo que las personas que la veían le ofrecían, llamó la atención a Gapich y esta fue en su búsqueda.
Una vez en el veterinario, Mónica estuvo más de 10 días ingresada en estado crítico. El esfuerzo de los trabajadores del centro consiguió que la perrita recuperara la conciencia. Antes, los sanitarios plantearon la opción de sacrificarla.
El equipo veterinario de la clínica Best rechazó esta opción determinante y, finalmente, decidieron arriesgarse con los implantes. El veterinario responsable que llevó a cabo la operación de alto riesgo, Serguéi Gorshkov, ya había realizado un implante de cuatro patas en dos gatos. Sin embargo, nunca antes en su historial de operaciones había encontrado un perro tan enfermo. Aunque era consciente de que el riesgo de la intervención era realmente alto, consiguió realizarla con un éxito inaudito. ¿La razón? Cuatro patas fabricadas con una impresora 3D y un recubrimiento biológico que favorecía la adaptación de los implantes en el cuerpo del animalito. Gracias a este ingenio tecnológico Mónica ha vuelto a caminar.
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