Temas cubiertos
El multimillonario estadounidense Robert Durst, heredero de una conocida familia de Nueva York, fue condenado este jueves a cadena perpetua sin libertad condicional por un juzgado de Los Ángeles en el caso del asesinato de su mejor amiga, Susan Berman, en el año 2000.
Durst pasará el resto de su vida en una cárcel de California, ya que su sentencia quedó efectivamente fijada el mes pasado en cuanto un jurado le condenó por el asesinato de Berman y mantuvo la acusación de que el magnate inmobiliario de 78 años disparó a su amiga para encubrir el asesinato de su primera esposa, Kathie, en Nueva York en 1982.
El caso retomó notoriedad hace seis años debido al estreno del documental ‘The Jinx’, en el que Durst aparentemente confesaba haber cometido el crimen.
La investigación concluye que Berman recibió un disparo en la cabeza en su casa de Los Ángeles cuando se preparaba para dar información a la Policía. La mejor amiga del multimillonario poseía pruebas sobre el supuesto papel de Durst en la desaparición de su esposa, considerada muerta a falta de encontrar su cadáver, en 1982. Berman era la confidente de Durst y había contado a sus amigos que había proporcionado una coartada al multimillonario tras la desaparición de su mujer.
Durst ya había sido condenado por destrucción de pruebas en el caso de la muerte de su vecino Morris Black, a quien mató durante una disputa y cuyo cuerpo desmembró y tiró al mar. No fue condenado por asesinato ya que el juzgado entendió que se trataba de un caso de defensa propia.
El multimillonario neoyorquino ha negado en todo momento haber matado a Berman, asegurando que encontró su cadáver en el suelo de su habitación y mandó una carta anónima a la Policía para que encontraran el cuerpo porque temía que le culparan a él. Sin embargo, el propio Durst admitió durante el juicio que sería «muy difícil» creer que él mandara la nota sin haber matado a Berman.
Lea también:
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.
Una mujer llamada Susan solicitó el divorcio después de mirar una foto tomada con su familia y descubrir un terrible secreto.