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Al menos 21 empleados de la OMS son sospechosos de haber cometido abusos sexuales y violaciones contra mujeres y niñas. Sucedió durante la respuesta al brote de ébola sufrido por la República Democrática del Congo entre 2018 y 2020.
Esa comisión determinó, después 12 meses de investigación, que los agresores aprovecharon la situación de vulnerabilidad del país. Han recibido denuncias de nueve posibles violaciones, también de extorsiones a mujeres que fueron obligadas a abortar tras ser violadas.
El informe de la comisión publicado este martes 28 de septiembre contabiliza que al menos 63 mujeres y niñas sufrieron estos abusos.
Indica que además de los 21 sospechosos de la OMS hay otros 62 posibles violadores, de distintas nacionalidades, aunque ni sus nombres ni detalles personales son públicos actualmente.
Las agresiones «produjeron en hoteles y en casas alquiladas» por estos violadores, y las víctimas «en su mayoría son personas en situación económica y social muy precaria», incidió al leer los resultados de la investigación Malick Coulibaly, exministro de Justicia de Mali. Muchas víctimas «no obtuvieron los trabajos que les habían prometido a cambio de las relaciones sexuales», mientras que otras denunciaron haber sufrido repetido acoso para mantener sus empleos o haber sido despedidas por negarse.
Algunos de estas agresiones sexuales tuvieron lugar sin métodos anticonceptivos, por imposición del agresor, y pudieron concluir en embarazos no deseados, partos prematuros y abortos.
Tras conocerse los resultados preliminares de la investigación, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió perdón a las víctimas. Declaró que él era el responsable de los «fallos en el sistema» que ha mostrado este caso. Posteriormente prometió reformas en la organización para evitar que estos sucesos vuelvan a repetirse en el futuro.
En este sentido, el informe denuncia que la OMS cometió errores a la hora de reclutar personal para la respuesta al brote del ébola, declarado entre agosto de 2018 y junio de 2020. Fue el segundo peor de la historia de esta enfermedad, ya que contagió a 3.400 personas, de las que 2.300 murieron.
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