Temas cubiertos
Un niño ha muerto tras infectarse con la ameba «come cerebros» en una atracción acuática en la ciudad de Arlington, en el estado de Texas, Estados Unidos. La identidad del menor no ha sido revelada, según una publicación de Fox News.
El pequeño fue hospitalizado el pasado 5 de septiembre con una meningoencefalitis amebiana primaria, una rara infección cerebral causada por la ameba naegleria fowleri, conocida popularmente como ameba «come cerebros», provocando una inflamación del cerebro y destrucción del tejido cerebral.
Tras la muerte del menor el 11 de septiembre, las autoridades ordenaron el cierre de todos los parques acuáticos públicos de Arlington.
El contagio se produjo en un «splash pad», una atracción acuática que consiste en una zona donde brota agua en forma de chorros procedentes del suelo o de diferentes lugares.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) de EE UU han confirmado la presencia de la ameba en las muestras de agua tomadas del ‘splash pad’ del parque Don Misenhimer este viernes.
Las autoridades locales aseguran que el agua corriente sigue siendo potable, aunque han reconocido que tras revisar las instalaciones se han detectado defectos en el correcto mantenimiento de estas atracciones acuáticas.
Este es el segundo caso fatal de este tipo este año en Estados Unidos. Otro niño de siete años perdió la vida al ser atacado por la ameba «come cerebros» tras nadar en un lago de California durante el mes de julio.
Según los CDC, esta ameba es un microbio vivo unicelular, denominada Naegleria. Vive en agua dulce templada (lagos, ríos y aguas termales), al igual que en la tierra. No todos estos microbios son mortales, solo una especie afecta a las personas: la Naegleria fowleri, cuyo contagio se produce a través de la nariz.
Los síntomas de la infección por la ameba naegleria generalmente comienzan en el período de dos a 15 días desde la exposición a la ameba. En EE UU se han diagnosticado 34 casos entre 2019 y 2020.
Lea también:
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.