Seis años después de los atentados de las salas de concierto de Bataclan, comienza el juicio contra los terroristas que mataron a 130 personas.
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Seis años después de los atentados de las salas de concierto de Bataclan, comienza el juicio contra los terroristas que mataron a 130 personas. El único superviviente del comando, Salah Abdeslam, ha declarado que «no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta».
Comienza el juicio por los atentados de Bataclan en 2015
El juicio de Bataclan, que será retransmitido en directo, debe contribuir a esclarecer las zonas oscuras de los hechos. Se sabe que los atentados fueron concebidos por la cúpula del Estado Islámico en su base sirio-iraquí y luego su preparación operativa se realizó en Bélgica.
El proceso contará con 1.800 partes civiles y 330 abogados. Uno de los testigos será el expresidente François Hollande.
El tribunal especial estará presidido por el juez Jean-Louis Périès, con cuatro decenios de experiencia, asistido por cuatro jueces. El sumario ocupa un millón de folios.
Francia blindada durante ocho meses
Francia revivirá durante más de ocho meses la noche del 13 de noviembre del 2015. En el proceso que se inicia este miércoles en el corazón de París, en la isla de la Cité, entre dos brazos del Sena y junto a Notre Dame, se juzgará a Salah Abdeslam y a 19 cómplices.
El país se ha preparado durante 18 meses construyendo una sala de audiencias ex profeso, un búnker con capacidad para 550 personas y medidas de seguridad espectaculares dentro y fuera del recinto judicial. Temen las posibles consecuencias de los terroristas por la celebración del juicio.
Único integrante vivo acusado, Salah Abdeslam
Salah Abdeslam, que está a punto de cumplir 32 años, de nacionalidad francesa pero criado en Bélgica, es el único integrante vivo de los comandos que atacaron París el 13 de noviembre del 2015. Lo condenaron a 20 años de cárcel por intento de asesinato por un tiroteo con la policía días antes de su captura. Ante el tribunal belga dijo que no tenía miedo, que confiaba en Alá.
El resto de autores directos de los atentados murieron como kamikazes o fueron abatidos por la policía pocos días después, en Francia, y unos meses después en Bélgica.
El comando mató a 130 personas e hirió a varios centenares en la sala de conciertos Bataclan y en acciones contra varias cafeterías y contra el estadio de Francia, en París y sus suburbios del norte.
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