Irlanda prohibirá la venta de los combustibles domésticos más contaminantes, como el carbón y la leña, muy populares en medios rurales, a partir del 2022.
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Irlanda prohibirá la venta de los combustibles domésticos más contaminantes, como el carbón y la leña, muy populares en medios rurales, a partir del 2022.
Irlanda, contra los combustibles más contaminantes
Irlanda ha decidido prohibir a partir del 2022 la venta de los combustibles sólidos domésticos más contaminantes.
Entre estos se encuentran materiales como el carbón o cierta leña, que aún siguen siendo muy populares en las zonas rurales de Irlanda, y cuyo humo es el responsable de miles de muertes prematuras cada año.
El Gobierno de Dublín está compuesto por una coalición entre centristas, democristianos y verdes.
Ha anunciado este martes 7 de septiembre que la nueva regulación entrará en vigor a partir de septiembre de 2022. Hay tiempo suficiente, explican, para que el sector se adapte a las alternativas más adecuadas para la salud y el medioambiente.
El ministro irlandés de Medioambiente es ecologista y se llama Eamon Ryan. Ha pedido a la ciudadanía que se adapte a los cambios y que explore nuevas vías para decidir qué combustibles sólidos domésticos son los menos contaminantes.
Los combustibles más contaminantes, muy populares en las zonas rurales de Irlanda
La normativa explica que todas las variedades de carbón y productos derivados -combustibles sólidos procesados- deberán emitir menos de 10 gramos de humo por hora de combustión.
El objetivo es que en 2025, esa medida caiga hasta los cinco gramos de humo por cada hora de combustión. Ryan también explicó que el contenido de sulfuro se reducirá a la mitad paulatinamente.
Irlanda planta cara a los combustibles más contaminantes
La Agencia irlandesa de Protección Medioambiental advierte de que la principal fuente de «contaminación peligrosa» en este país es el humo del combustible sólido doméstico. Las pequeñas partículas pueden entran en la corriente sanguínea a través de los pulmones y su efecto puede ser mortal.
La EPA indica que a corto plazo esta contaminación puede producir jaquecas, problemas respiratorios o irritación ocular, mientras que a largo plazo puede causar asma, disfunciones hepáticas, ictus, enfermedades cardiacas y aumenta, asimismo, el riego asociado al cáncer de pulmón.
Según la Agencia Europea de Medioambiente, más de 1.300 muertes prematuras registradas en Irlanda en 2017 estuvieron relacionadas con la contaminación de combustibles sólidos.
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