Los talibanes dispersan en Kabul la protesta de las mujeres afganas que, por segundo día consecutivo, salen a la calle para reclamar sus derechos.
Los talibanes dispersan en Kabul la protesta de las mujeres afganas que, por segundo día consecutivo, salen a la calle para reclamar sus derechos y su participación en un futuro Gobierno de Afganistán. Los talibanes dispersaron la manifestación con gases lacrimógenos y disparos al aire.
Protestas en Kabul
Esta es la segunda protesta de mujeres que se lleva a cabo en Kabul en los últimos dos días y la tercera desde que los talibanes tomasen el control de casi todo el país, después de que el pasado jueves se congregasen una veintena de afganas para reclamar sus derechos en el nuevo régimen talibán.
Samira Khairkhwa, activista y organizadora de las manifestaciones de Kabul, declaró a EFE que las protestas de mujeres continuarán «hasta que los talibanes acepten nuestras demandas, no nos quedaremos calladas ni nos encerraremos en las casas».
Ciudadanas mujeres de Herat, ciudad cercana a la frontera con Irán, también salieron a la calle para enfrentar el miedo y un futuro que las dejaría de lado en la sociedad. «Es nuestro derecho tener educación, trabajo y seguridad», se oyó entre el grupo de 50 manifestantes.
«Estamos listas para usar burkas si nos lo dicen, pero queremos que las mujeres vayan a la escuela y al trabajo», dijo una de las manifestantes en la ciudad de Herat a la agencia de noticias AFP.
Mujeres afganas reclaman sus derechos
Aunque el nuevo gobierno ha afirmado que será «inclusivo», representando a todas las etnias y tribus del país, el destino de las mujeres en la política es incierto.
El portavoz talibán, Bilal Karimi, dijo ayer a Efe que «todos los afganos, incluidas las mujeres, gozarán de sus derechos en el futuro gobierno, pero el nivel de participación de las mujeres en la política es algo que se decidirá y quedará claro una vez que se forme el nuevo gobierno».
En cualquier protesta que los talibanes dispersan, las mujeres afganas defienden en los últimos veinte años han ganado grandes logros en materia de derechos y educación, por lo que también merecen trabajar como ministras, directoras y en otros puestos gubernamentales.