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El Ministerio de Educación de China ha anunciado que prohibirá los exámenes escritos a los niños de seis y siete años. Pretende así reducir la presión académica a la que se enfrentan los alumnos.
El Ministerio de Educación ha publicado hoy 30 de agosto, nuevas medidas dirigidas al sector escolar en el país. La más destacada es la prohibición de realizar exámenes escritos a los niños de 6 y 7 años.
Las nuevas directrices del gobierno chino forman parte de la política de «doble reducción» lanzada en julio por el propio Ejecutivo.
En ella, se recogen la disminución de las tareas del alumno, tanto en su escolarización obligatoria como en las actividades extraescolares.
En China, la educación obligatoria comienza a los nueve años.
Educación mencionó algunos de los problemas a los que se enfrentan en la actualidad los estudiantes chinos: el 67 % de ellos no duermen lo suficiente y el 22 % está en escuelas que no cumplen con los requisitos de horas mínimas de educación física.
Pekín anunció en julio la prohibición de que los centros de formación extraescolar consiguieran beneficios económicos impartiendo clases sobre asignaturas consideradas como troncales en China, y tampoco podrán dar clases en días festivos o fines de semana.
Al Gobierno le preocupa la competitividad a la que se ven sometidos los estudiantes más jóvenes. Por ello, y para lograr una distribución de los alumnos «más equilibrada», las escuelas no podrán destacar a ningún grupo escolar como «grupo excelente» por su rendimiento académico, práctica común en las escuelas públicas chinas.
Entre las nuevas medidas se incluyen el llamamiento a las escuelas para que implementen el plan de enseñanza y no lo alteren sobre la marcha. Para hacer frente a la rivalidad entre estudiantes, también prohibió que los alumnos corrijan sus propios deberes.
Además, las instituciones educativas no podrán distribuir a los alumnos en grupos o asientos en función de sus notas.
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