El pasado domingo asesinaron en la cárcel de Peco, en la ciudad de Cruzeiro do Oeste en Brasil, a un hombre de 30 años considerado pedófilo y el cual cumplía una condena por violar a su hijastra de cinco años.
La víctima fue hallada sin vida en su celda con su miembro cortado y dentro de su boca. Además, los asesinos extrajeron su corazón. El órgano fue encontrado por las autoridades policiales en la basura del lugar del hecho.
El arma homicida fue un cepillo de dientes que se encontraba bastante afilado, el cual estaba junto al cuerpo sin vida del hombre. Las autoridades brasileñas han logrado identificar a tres personas implicadas en este asesinato. Los detenidos se encuentran entre los 22 y 31 años, uno de ellos apuñaló al preso y los otros dos causaron las mutilaciones al cuerpo.
Uno de los participantes en este hecho era su compañero de celda. El sujeto confesó el crimen y lo justificó asegurando que se encontraba obedeciendo órdenes de «unas voces en su cabeza».
El encargado de la investigación del crimen, Izaías Cordeiro de Lima, relató lo siguiente: «En la celda de Peco, uno de los detenidos asestó el primer golpe en el cuello de la víctima, acabó provocando una hemorragia y se dio cuenta de que posiblemente había matado a la víctima».
«Después de eso, acostó a la víctima en una cama y comenzó a hacer algunos cortes para extraer el corazón y también le quitó el pene, poniéndolo en la boca de la víctima. Según el verdugo, escuchó voces que le decían cómo debía proceder y dónde cortar», añadió a los medios de comunicación brasileños el portavoz de la Policía.
Al finalizar el brutal asesinato, los tres implicados limpiaron la celda, y dejaron el cadáver con sus genitales en la boca. Además, dejaron el arma con el que lo asesinaron al lado del cuerpo sin vida.
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