Masten Wanjala, el 'vampiro sediento de sangre', fue detenido por asesinar macabramente a diez niños y beber su sangre.
Las autoridades de Kenia anunciaron la detención de un hombre que se describe como un ‘vampiro sediento de sangre’; el sujeto habría asesinado al menos a diez niños y luego bebió la sangre de algunos.
Arrestan al ‘vampiro sediento de sangre’ en Kenia
El ‘Vampiro’, es acusado de los asesinatos de por lo menos 10 niños entre los 12 y 13 años. Sus crímenes comenzaron cuando era un adolescente. Tras la desaparición de dos niños, las autoridades siguieron pistas que indicaban como posible responsable a Masten Milimo Wanjala de 20 años.
Tras su detención, Wanjala realizó una impactante confesión, indicó haber asesinado a más niños. El joven llevó a los agentes hasta el lugar donde se había desecho de los cuerpos y aseguró haber matado a 10 niños.
Las autoridades describieron su arresto como un gran avance en una investigación sobre una serie de inquietantes desapariciones de niños en Kenia, casi dos al día en las últimas semanas.
Modus operandi
El asesino trabajaba solo y escogió a sus víctimas menores de 14 años. Las engañaba para luego poder drogarlas, estrangularlas y así drenar su sangre. La policía recalcó que «Wanjala, sin ayuda de nadie, masacró a sus víctimas de la manera más cruel, a veces succionando sangre de sus venas antes de ejecutarlas».
Ante la confesión y pruebas otorgadas por el asesino, el Tribunal de Nairobi ordenó la detención por 30 días de Wanjala mientras las autoridades obtenían más pruebas. Debido a que los cuerpos de los niños continúan sin ser encontrados.
Reporte del caso
Ante el hallazgo y polémica declaración del ‘vampiro sediento de sangre’. Wanjala fue portada de todos los medios Kenia; y se destacó por la frialdad de su mirada. El presunto asesino no se disculpó por sus actos, todo lo contrario, manifestó a los detectives haber sentido «mucho placer» por lo que hizo.
La captura de Wanjala se da un momento crucial en el que se reporta en el país varias desapariciones de menores; los secuestros infantiles continúan en alza junto a la tasa de mortalidad.
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