Taiwán: comer perros y gatos se ha convertido en un delito
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Este es un punto de inflexión histórico en Taiwán. De hecho, en los últimos días el Parlamento ha prohibido finalmente el sacrificio de perros y gatos con fines estrictamente alimentarios. Como muchos saben, hay varias zonas de Asia en las que los animales, que aquí en Occidente se consideran domésticos, son, en cambio, sacrificados para la preparación de esos platos que son parte importante de su tradición culinaria.
Países como Corea del Sur, Japón o China son sólo algunos en los que se puede encontrar una cocina basada en la carne de gato o de perro. Una verdadera abominación para la cultura occidental.
Sin embargo, especialmente gracias al ferviente compromiso de los activistas por los derechos de los animales, el enfoque está cambiando de registro incluso en esas partes del mundo. Y el hito más significativo registrado es precisamente el de Taiwán. Es el primer Estado asiático que legisla en esta materia.
Por lo tanto, según la ley, cualquier persona que consuma carne de perro o de gato en el país; puede ser objeto de multas muy elevadas. La ley, de hecho, forma parte de un conjunto de leyes promulgadas en defensa de los animales en general y contra las técnicas brutales con las que suelen ser criados y sacrificados.
Ya en 2001, Taiwán había aprobado una ley que prohibía la venta de carne y pieles de animales domésticos, como perros y gatos, con fines económicos.
En una época, la carne de perro se consumía habitualmente en la mesa de la isla. Pero hoy, gracias en parte a la sensibilidad de la presidenta del país, Tsai Ing-wen, los perros son considerados ahora como mascotas por gran parte de la población y, por tanto, ya no se comen. Se trata de un cambio cultural que se está produciendo de forma lenta pero segura en todos los países asiáticos. En diciembre de 2016, se cerró uno de los mayores mataderos de perros en este propósito.
En los últimos años se ha intensificado la campaña de los activistas por los derechos de los animales. El caso más ejemplar fue el del Festival de Yulin, relanzado por el gobierno para impulsar el turismo, y que se celebra anualmente en China. Aquí se matan y se comen miles de perros. «Aunque explican, por el contrario, los partidarios de la tradición, abrir un perro es similar a comer cerdo».
Aunque poca gente lo sabe, el consumo de carne de perro no está prohibido en 44 estados de Estados Unidos. Sin embargo, a principios de marzo se aprobó finalmente la ley federal H.R.1406, que revierte por completo esta situación. En Canadá, sin embargo, el consumo de carne de perro persiste entre algunas minorías étnicas. Los perros han sido históricamente una fuente de alimento de emergencia para varios pueblos. Se hace referencia a las poblaciones que viven en Siberia, Alaska, el norte de Canadá y Groenlandia.
En el caso de la legislación italiana, no existe una norma real que prohíba su consumo. De hecho, se da por sentado que ya no es una práctica alimentaria habitual. Además, existe una normativa indirecta que remite al artículo del código penal sobre el castigo a los que maltratan a los animales y a la ley de protección de los animales de compañía.
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