Toda madre está dispuesta a hacer cualquier cosa por sus hijos. Esta madre salva a su hija gravemente enferma donándole un riñón. Una historia de gran amor entre madre e hija.
Jessica Watson es una niña de 9 años que, desde su nacimiento, padece un problema genético.
La pequeña está afectada por un trastorno que no le permite desarrollar los cartílagos y los huesos de la mejor manera. Las complicaciones de la pequeña se agravaron cuando cumplió siete años. Su estado, ya crítico, empeoró y sus riñones no funcionaban correctamente.
La niña tuvo que someterse a un tratamiento de diálisis precisamente por sus riñones.
Necesitaba un trasplante y sus padres decidieron hacerse la prueba. La prueba les permitió comprender si la niña era compatible y si los padres podían ayudarla. Esta demostró que ambos padres eran compatibles, pero la madre era la mejor donante. Por ello, la madre decidió donar un riñón a su hija, que padece una enfermedad genética.
La madre sólo quería que su hija viviera como todos sus compañeros disfrutando de la vida de la mejor manera posible. Quería que su hija tuviera las mismas oportunidades que todos sus amigos y compañeros de clase. Que llevara una vida lo más normal posible y con la diálisis eso no habría sido posible.
El momento más difícil para la madre fue estar alejada de su hija antes de someterse a la operación de trasplante. La mujer, aunque sufría, sabía que el niño no estaba solo, porque a su lado estaba su marido, dispuesto a apoyarla, tranquilizarla y cogerle la mano.
Los dos están ahora bien y la madre hizo lo que cualquier madre haría. La mujer dijo que tanto ella como su hija están bien. Afirma que no hay ninguna diferencia con respecto a antes y que la niña está bien y goza de buena salud. Los dos están ahora más unidos que nunca y pueden estar juntos durante mucho tiempo.
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