Alemania pondrá en marcha el experimento de renta básica que durará 3 años. Quiere probar si provoca cambios en el bienestar de la población.
El proyecto de la Renta Básica Incondicional comenzó el pasado 1 de junio en Alemania y tendrá una duración de tres años, siendo un total de 122 personas adultas, las beneficiarias. Estas han sido seleccionadas entre dos millones de participantes y cobrarán 1.200 euros cada mes sin hacer nada a cambio, excepto responder de forma telemática a siete cuestionarios de manera periódica.
Alemania: renta básica
Los receptores del salario tienen total libertad, y podrán usar el dinero de manera independiente al salario que reciban por su trabajo o a la cantidad de dinero que perciban por otras vías. El proyecto estará financiado con donaciones privadas, en concreto, 140.000 procedentes 181.000 contribuyentes, que suman un total de 5,2 millones de euros.
Además, estará supervisado por el Instituto Alemán de Investigación Económica que cuenta con su sede en Berlín. Otros socios son la Universidad de Colonia y el Instituto Max Planck de Investigación sobre bienes colectivos.
Este experimento piloto otorgará 43.200 euros a cada uno de los beneficiarios a lo largo de los tres años que, además, no tributarán. Serán 1.378 personas las que se encargarán de rellenar otros cuestionarios con el fin de reunir datos comparativos, pero sin recibir ninguna renta, tan solo una asignación por gastos.
El fin del proyecto
Estos subsidios serán evaluados de forma científica dentro del marco de estudio hecho a largo plazo. Jürgen Schupp, director del del Instituto Alemán de Investigación Económica ha afirmado que:
«En los tres próximos años queremos estudiar empíricamente si y de qué manera el aporte regular de una suma de dinero superior al nivel de subsistencia influye en el comportamiento de la gente, así como estudiar si los beneficiarios utilizan su nueva libertad en pro de la comunidad».
La iniciativa es la segunda de este tipo que ha impulsado la organización privada de Berlín, «Mein Grundeinkommen», cuya traducción al español es «Mi ingreso de base».
El iniciador y fundador de la asociación Mein Grundeinkommen, Michael Bohmeyer, ha señalado que todos lo que participen en la prueba piloto “dormían mejor, tenían mejor salud y más vida social, tomaron decisiones más audaces, unos cambiaron de trabajo y otros no, algunos estudiaron, otros emprendieron negocio”.
LEA TAMBIÉN: