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Un fin de semana sumido nuevamente en el conflicto entre el gobierno israelí y manifestantes palestinos dejó un saldo de más de 300 heridos y 500 arrestados durante las protestas en la parte ocupada de Jerusalén.
En un ambiente tenso por las diferencias irreconciliebles entre la gestión del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y las autoridades palestinas en Gaza y Cisjordania, las limitaciones impuestas al rezo de la mesquita Al Aqsa en pleno Ramadán fueron un coctel explosivo con marchas durante varias semanas.
Este terminó de explotar con la decisión de la justicia de desalojar a cuatro familias palestinas en el barrio de Sheik Jarrah en favor de la ocupación de colonos judios ortodoxos.
Ante el lanzamiento de fuegos artificiales de los manifestantes palestinos, la Policía comenzó a cargar sobre ellos. La represión incluyó detenciones masivas, gases lacrimógenos, granadas paralizantes, cañones de agua, cargas a caballo y el cierre de zonas de la Ciudad Vieja.
Por pedido de la fiscalía, el Tribunal Supremo de Israel decidió suspender por un mes su decisión sobre los desahucios de familias palestinas, establecida para el comienzo de esta semana.
Para agregarle nafta al fuego, esta en ciernes la marcha anual de la Bandera de jóvenes judíos ultranacionalistas por la Ciudad Vieja en conmemoración al Día de Jerusalén, por la «reunificación» de la ciudad durante la Guerra de los Siete Días de 1967 y considerada el inicio de la ocupación por parte de Palestina.
La tensa situación se complementó en otros territorios palestinos. En Gaza se lanzaron cuatro cohetes hacia territorio israelí, sin herdios ni daños materiales según fuentes del Ejército de Israel, quien decidió como represalia cerrar completamente la zona de pesca. También hubo protestas en Cisjordania ante la valla divisoria con Israel además de lanzamientos de globos incendiarios que provocó incendios en el sector hebreo.
La comunidad internacional solicitó al Estado de Israel el cese de las jornadas de enfrentamientos y su política de expansión sobre los territorios palestinos ocupados. El papa Francisco llamó el domingo a «terminar con la violencia» y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó que Israel «debe ejercer la máxima moderación y respetar el derecho a la libertad de reunión pacífica», a traves de su portavoz Stephane Dujarric, instando a terminar con las demoliciones y los desalojos».
Al mismo tiempo desde Estados Unidos, se condenó «el lanzamiento de ataques con cohetes e incendiarios desde Gaza hacia Israel como inaceptable y debe ser condenado». Netanyahu afirmó que «respetará la libertad de culto de todos, pero no permitirá más disturbios».
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
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