Bélgica adopta una medida pionera que podría ser seguida por países del entorno europea y ser extendida a los sanitarios.
Psicología y pandemia en Bélgica formarán un binomio inseparable después de las medidas anunciadas por el Gobierno local. Su Administración financiará la terapia psicológica de los autónomos afectados por el COVID 19. Junto a las duras restricciones impuestas a sus ciudadanos, sus gobernantes impulsan así un mecanismo de alivio a las penalidades impuestas por limitaciones en movimientos y aforos en locales comerciales, que junto a bajos ingresos, también provocan cuadros de depresión y ansiedad no exentos de intenciones de suicidio.
Bélgica pagará terapia a autónomos
Entre las primeras reacciones emocionales a la pandemia, los expertos incluyen el miedo y la incertidumbre extrema. Todo ello conduce a comportamientos sociales dañinos y reacciones de angustia entre las que podemos incluir un mayor consumo de alcohol, tabaco y aislamiento social.
Aunque aún son pocas las evidencias de cómo la psicología puede contribuir a mitigar los efectos de la pandemia, los investigadores consideran que las intervenciones de los especialistas deben ser tenidas en cuenta para tratar a los sectores afectados. Los autónomos, dueños de sus propios negocios, que no vislumbran una salida al final del túnel son un colectivo objetivo de riesgo, de ahí que la iniciativa de las autoridades belgas pueda convertirse en un modelo a imitar por países del entorno europeo.
Otro colectivo de riesgo puede ser el sanitario, afectado por ritmos laborales intensos cargados de estrés. Aquí los miedos son diferentes, pero no por ello menos importantes. Así, la comprobación diaria de colegas contagiados que pudieran infectar a miembros de la familia del sanitario se convierte en una de sus principales y lógicas preocupaciones.
No es la primera vez que el mundo asiste a pandemias de alcance internacional. Ya se cuenta con experiencia en aplicación de recursos psicológicos para estos tiempos de crisis. Son principios psicológicos centrados en la salud pública para influir en los comportamientos derivados de los efectos perniciosos de una situación, que se sabe cuándo comenzó pero no cuándo acabará.
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