De ratificarse por parte del conservador Marcelo Rebelo de Sousa, Portugal sería uno de los pocos países con Ley de Inseminación Post-Mortem.
Portugal se coloca a la cabeza en novedades en inseminación artificial y en este caso es por ser uno de los pocos países que plantean la posibilidad de la inseminación ‘post-mortem’. El Parlamento acaba de aprobar el proyecto de ley que queda a la espera del último ok por parte del presidente, Marcelo Rebelo de Sousa y que incluiría en el grupo de naciones en las que también se permite como Inglaterra, Países Bajos o Grecia.
Esta técnica está prohibida en Suiza, Alemania, Italia o Francia.
La pareja del fallecido, podrá utilizar su material genético entre seis meses y tres años después de la fecha de defunción siempre que este lo haya consentido en vida y haya expresado un deseo de paternidad.
Con la Ley de Inseminación Post-Mortem de Portugal no habrá un número límite de intentos de inseminación pudiéndose realizar así hasta que la mujer quede embarazada o se acaben los depósitos guardados de esperma disponible del fallecido. A la hora del nacimiento, el bebé será hijo póstumo del difunto al menos que la madre haya establecido una nueva pareja que se postule como padre. Cualquier incumplimiento de estos requisitos podría llevar hasta dos años de cárcel.
La iniciativa ha sido apoyada por los socialistas que tienen libertad de voto lo que se tradujo en cinco abstenciones. A parte, el Bloque de Izquierdas (BE), Partido Comunista, animalistas (PAN), ecologistas (PEV) y Liberales (IL) también han dado su conformidad. Esta medida ha traído gran controversia marcada por las reservas de organizaciones médicas como el Consejo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida (CNEVC), de la cual su presidenta Rita Lobo Xavier, ha subrayado la imposibilidad real de contrastar la voluntad real del donante fallecido además del Consejo Nacional de la Procreación Médicamente Asistida (CNPMA) o la Asociación Portuguesa de Fertilidad y ha resultado revocada por la formación de ultraderecha Chega, los populares y el Partido Social Demócrata (PSD) votaron en contra.
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