Un total de 6.500 personas participaron este pasado domingo, en un carnaval ilegal organizado en la calles de Marsella, en el sur de Francia. La policía desalojó el lugar utilizando en ocasiones gases lacrimógenos, debido a que se estaban infringiendo la restricciones en vigor aprobadas en el País, para luchar con el Covid.
La mayoría de los participantes eran jóvenes, quienes iban en ocasiones disfrazados mientras desfilaban por varias calles de la ciudad. Sin mascarillas, ni distancia de seguridad y formando aglomeraciones. Los asistentes fueron convocados mediante las redes sociales, por lo que no tenían autorización legal para llevar a cabo la fiesta.
Cabe remarcar que Marsella no se encuentra en la zona de riesgo donde el Gobierno ha impuesto mayores restricciones. Aun así las autoridades se vieron obligadas a intervenir, y hubo enfrentamientos. Se produjeron un total de nueve detenciones, cifra la ha confirmado hoy lunes, la portavoz del Ministerio del Interior, Camille Chaize, en una entrevista a la emisora «France Info».
Varios de los asistentes, se dedicaron a destrozar el mobiliario urbano como forma de protesta, por la cancelación del carnaval. Quemaron contenedores y lanzaron objetos a los agentes de policía, por lo que fueron inmediatamente detenidos.
Importantes figuras del marco político francés, han denunciado a través de sus redes sociales la actitud de los participantes. Entre ellas el alcalde de Marsella Benoît Payan, quién mediante un tuit señaló: «La actitud egoísta de algunos irresponsables es inaceptable» y «tendrán que responder de sus actos ante la justicia».
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