El volcán Etna, el más alto de toda Europa, ha entrado por undécima vez en erupción en tres semanas. El cielo se ha iluminado con su lava, las explosiones y el humo han caído a varios kilómetros de altura, alcanzando las cenizas varias carreteras, edificios y localidades cercanas.
Fue ayer martes por la noche, cuando el Etna erupcionó en el cráter sureste, alimentando a un flujo de lava que se dirigía hacia el Valle del Bove. El fenómeno alcanzó grandes rugidos que se escucharon a gran distancia, además la columna de nube eruptiva empujada por el aire, se elevó a gran altura provocando así la caída de lapilli y ceniza de lava en el lado noreste del volcán.
El material piroclástico y la lluvia de ceniza provocaron también retenciones en las principales carreteras del país, donde el Gobierno recomendó a los ciudadanos que no salieran de casa, excepto para lo estrictamente necesario.
El Etna mide3.324 metros, es uno de los más activos que hay en Europa, y ha entrado en erupción con bastante frecuencia en los últimos 500.000 años, sacando de su interior grandes columnas de lava y humo que han afectado a miles de habitantes.
Fue el pasado 16 de Febrero, cuando el volcán empezó a expulsar ceniza y fuego con una gran explosión que obligó a cancelar todas las operaciones del aeropuerto de Catania, debido a una gran columna de humo de más de un kilómetro de altura.
Desde ese día, Etna que se ubica en la isla de Sicilia ha entrado en erupción en once ocasiones, contando con la última. Sus cenizas cubrieron las ciudades aledañas de negro, entre ellas se encontraban: Giarre, Linguaglossa, Mascali y Sant’Alfio, bautizadas como ‘zonas negras’.
En esta ocasión, por suerte, no ha afectado a la ciudad ni a su aeropuerto, ya que el viento ha empujado la nube de humo hacia la zona oriental, y no hacia el sur. Protección Civil ha estando supervisando la zona, y tras su evaluación el gobernador de Sicilia, Nello Musumeci, ha tomado la decisión de declarar «estado de crisis regional». Solicitando ayuda al Gobierno de Italia.
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