El Consejo de Estado de China anunció el pasado 2 de diciembre de 2020, mediante un comunicado que había iniciado un plan para controlar el clima. De hecho llevan años practicando el sembrado de nubes, ahora han decidido dar un paso más.
El documento explicaba que para el 2025, China dispondrá de un sistema de modificación del clima. Este tendrá avances en investigación fundamental e I + D en tecnologías clave, además de mejoras en la modernización y servicios refinados.
Una gran mejora en la prevención integral contra riesgos de seguridad y optimización de sistemas, y en políticas medioambientales.
Para el 2025 quieren poder crear lluvia artificial y nieve, dentro de un área superior a los 5,5 millones kilómetros cuadrados, lo que incluye al 57 % del total de su superficie. Además serán capaces de eliminar el granizo en 580.000 kilómetros cuadrados.
Sería para 2035 cuando este control del clima, por parte de China llegue a un nivel avanzado mundial en lo referido a operación, servicios y tecnologías.
Este plan pretende además, ser útil en otros campos como: la estimación de sequías y granizo, planes de trabajo normalizados para regiones que necesitan protección, trabajos de zonificación en áreas de producción agrícola y restauración ecológica. Incluyendo las respuestas de emergencia importantes para poder hacer frente a incendios forestales o de pastizales y altas temperaturas inusuales.
La siembra de nubes se lleva realizando en otros países como: India, África subsahariana y su noroeste, y en Australia. Este mecanismo consiste en rociar con yoduro de plata u otras sustancias la nubes. Este elemento funciona como un núcleo de condensación y provoca que llueva.
La efectividad de este sistema según la BBC es reducida. Un artículo publicado en New Scientist, se afirmó que las lluvias aumentaban con la siembra de nubes, pero en un porcentaje inferior al 10 %.
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