Lucile Randon, la monja conocida como Hermana André se está recuperando en Francia de COVID-19 a tan solo dos días de alcanzar los 117 años de edad.
Lucile Randon, la monja conocida como la Hermana André se está recuperando en Francia de la COVID-19 a tan solo dos días de alcanzar los 117 años de edad.
La monja de 117 años
La Hermana André, como es conocida Lucile Randon, es una monja de Francia que a sus 116 años de edad ha sobrevivido y se ha recuperado de la COVID-19.
La monja al día de hoy es la personas más longeva en Europa, y la segunda más longeva de todo el mundo en la actualidad. Solo es superada por Kane Tanaka, quien es originaria de Japón y tiene 118 años.
La Hermana André nació en Alés al sur de Francia, el 11 de Febrero de 1904. Desde 1944, cuando entró al noviciado en las Hijas de la Caridad, ha sido monja y ha estado en la vida religiosa. Desde el fallecimiento de Honorine Rondello en 2017, se convirtió en la persona más longeva viva de toda Europa.
El COVID-19 a los 117 años
El pasado 16 de enero, la monja dio positivo para COVID-19. Y desde entonces fue puesta en estricta cuarentena en su cuarto dentro de la residencia de ancianos Sainte Catherine Labouré, en Toulon al sur de Francia. Según la Hermana André, no presentó síntomas graves de ningún tipo. «Ni siquiera me di cuenta de que estaba infectada.» afirmó al periódico local la centenaria. Pasados los 15 días de cuarentena la hermana se encuentra en perfectas condiciones y ya recuperada de la enfermedad. Al parecer su caso fue completamente asintomático.
Así mismo, un representante de la residencia afirmó que la hermana no parecía preocuparse por la enfermedad, sino que en cambio, estaba más preocupada por los demás residentes. También afirmó que lo que más preocupaba a la religiosa, una vez se enteró de que era portadora de la enfermedad, era «si sus horarios de acostarse o de comer iban a cambiar por estar infectada».
El día de mañana la monja cumplirá 117 años, al preguntarle por su secreto para tal longevidad ella asegura que
«Podría escribir un libro y ganar mi buen dinero. Pero, ay, creo que nunca he hecho una dieta particular. Sin duda, Dios ha sido muy generoso conmigo.«
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