Este fin de semana se presenció una alarmante aglomeración de personas en la playa de Ipanema, Río de Janeiro en Brasil, zona azotada por el COVID-19.
Brasil es hasta el momento el tercer país más azotado por la pandemia del COVID-19 que lleva más de diez meses en el mundo.
Con la cercana tendencia de una tercera ola de brotes y contagios, es alarmante la aglomeración de personas en cualquier espacio. Pero esto parece no importarle a los habitantes de Río de Janeiro, ciudad con la tasa de mortalidad más alta del país sudamericano, quienes llenaron la playa de Ipanema sin ningún tipo de respeto por las medidas de bioseguridad.
En la playa se podía ver gente en el mar, jugando voleibol, asoleándose y en reuniones de grandes grupos. Desde arriba se veía un mar de sombrillas. Las imágenes muestran a decenas de miles de personas sin guardar distancia la una de otra o sin siquiera portar tapabocas para evitar los contagios.
Brasil no ha detenido el número de casos positivos, de hecho, por éstas épocas está repuntando las cifras de contagios (al igual que muchos países latinoamericanos) y con una tasa muy alta de mortalidad por el virus. La media de muertes en los últimos días es de 1.111 con días pasando por encima de los 2000. En las últimas 24 horas las cifras de contagio son de 30.000. Desde el inicio de la pandemia suman más de 8 millones de casos positivos registrados y más de 203.000 muertos por COVID-19.
Tan solo en el estado de Río de Janeiro han habido 26.749 fallecimientos. La preocupación aumenta al escuchar los pronunciamientos de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, quien afirma que «la vida sigue» y ha criticado abiertamente las medidas privativas y de aislamiento social que imponen otros países en el mundo. A través de comunicados el mandatario ha expresado «Nosotros lamentamos, hoy estamos batiendo las 200.000 muertes. Muchas de esas muertes con COVID, otras de COVID, pero la vida sigue».
Con estas cifras, Brasil se encuentra solo por debajo de Estados Unidos en el número total de muertos.
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