Estados Unidos aprueba uso de emergencia de la vacuna de Moderna.
Una semana después de que se comenzara a administrar en Estados Unidos la vacuna de Pfizer, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su siglas en inglés) ha autorizado el uso de emergencia de la vacuna de Moderna. El país tiene previsto distribuir casi 6 millones de dosis la próxima semana.
El director de la FDA, Stephen Hahn, consideró que con dos vacunas disponibles para la prevención del Covid-19, se da «un paso crucial» en la lucha contra la pandemia. También comentó acerca de las dudas por su «acelerada» autorización.
Dijo que ambas se han adherido a rigurosos estándares de seguridad, calidad y efectividad en su proceso de fabricación. Apuntó que por ello se ha autorizado su uso de emergencia.
Además de las 5,9 millones de vacunas de Moderna que se distribuirán la próxima semana, también se hará con otras 2,9 millones de dosis de Pfizer. Cada una de ellas requieren dos inyecciones por persona, la de Moderna a los 28 días y la de Pfizer a las 21 días.
Los políticos estadounidenses se han vacunado en público para intentar darle confianza a la población. Uno de ellos fue Mike Pence, vicepresidente saliente de la administración de Donald Trump. Le administraron en la Casa Blanca la vacuna de Pfizer y tras ello aseguró que no había sentido nada y felicitó al personal sanitario.
Otro de los políticos que se vacunó y lo hizo público a través de sus redes sociales fue McConnell. Tiene 78 años y logró superar una poliomielitis en su momento. «Con las vacunas es como se vence al virus», destacó.
Han sido varias las informaciones que han surgido acerca de los efectos secundarios que puede producir la vacuna. En Alaska, por ejemplo, una sanitaria sufrió una reacción alérgica presentando hinchazón de la lengua y dificultad para respirar por un lapso aproximado de 10 minutos.
Tras ello fue trasladada a un hospital en donde fue dada de alta después de seis horas tras haberle suministrado epinefrina. La afectada aseguró que la reacción alérgica que tuvo es «insignificante» en comparación con lo que puede producir una infección por Covid-19. «Es necesario ponerse la vacuna para la salud de todos los estadounidenses», remarcó.
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
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