La situación del coronavirus en Italia ha hecho que se establezcan tres colores de alerta: las que estén en color rojo impondrán un confinamiento domiciliario. Así, las regiones más afectadas por el virus pretenden doblegar la curva de contagios y fallecidos.
Además, entra en vigor un toque de queda a las 10 de la noche y todos los alumnos mayores de 14 años harán las clases a distancia. Detallamos en qué consiste cada nivel de este sistema por colores y cómo será el confinamiento en Italia.
A partir de este viernes 5 de noviembre, Italia será como un semáforo: el color rojo, naranja y verde según el impacto de la pandemia teñirán el mapa de las regiones del país y así se tomarán unas medidas u otras. Las restricciones se modularán en función de la gravedad, con el objetivo de salvar la economía y las vidas humanas. El primer ministro, Giuseppe Conte, ha firmado el decreto por el que ya se confinará en los domicilios a una buena parte de los italianos.
Las regiones que entren en este nivel se someterán al confinamiento. Sus habitantes no podrán salir de casa si no es para ir al supermercado, la escuela o el trabajo, aunque estarán permitidos los paseos breves y el deporte individual siempre que se haga con mascarilla. Además, quedan prohibidos los viajes fuera del municipio y se cierran todos los comercios, bares y restaurantes. Las farmacias, centros hospitalarios y supermercados continuarán abiertos. Las regiones son: Lombardía, Piamonte, Calabria, Valle D’Aosta y Trentino Alto Adige las más afectadas por estas restricciones.
Restaurantes y bares quedan cerrados, y se confina perimetralmente estos territorios. Los comercios quedan abiertos con restricciones de aforo y los habitantes pueden salir de casa pero se recomienda permanecer en el domicilio. Entran en este nivel Puglia, Liguria o Campania.
Es el mejor de los casos, pero también habrá limitaciones que afectarán a todo el país. Aunque no haya confinamientos, museos, teatros y cines permanecerán cerrados. Se cierran centros comerciales los fines de semana y se permite salir pero de forma individual.
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
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