La mayoría de los países están endureciendo las restricciones con el fin de frenar la segunda ola de contagios que está azotando todo el continente.
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En unas semanas, hará un año de la aparición de la COVID-19 en un mercado de Wuhan. Poco sabíamos en aquel entonces que la propagación del virus iba a dejar más de un millón de muertos en menos de un año; a sacudir las economías de casi todos los países; y a obligar a más de la mitad de las personas del planeta a quedarse confinadas en casa durante largos periodos.
A pesar de que la pandemia tenga un impacto mundial, la región europea es una de las más grandes perjudicadas. El golpe que el coronavirus dio a Europa durante la primavera de 2020, que llevó a la mayoría de los gobiernos a imponer duras restricciones a sus ciudadanos – entre ellas, el confinamiento domiciliario–, ha tenido enormes consecuencias para el continente, palpables hoy en día.
La llegada del estío trajo consigo un descenso de los datos epidemiológicos y las consecuentes rebajas en las restricciones. Sin embargo, durante las últimas semanas podemos observar cómo el escenario primaveral vuelve a repetirse. Junto con el otoño, una segunda ola de contagios de coronavirus ha llegado a Europa, lo que ha llevado a que la mayoría de los países vuelvan a aumentar las restricciones para controlar y frenar la pandemia.
Para hacer frente a esta segunda ola “más mortífera y mas dura”, el Gobierno de Macron ha impuesto un nuevo confinamiento domiciliario a sus ciudadanos. “El virus circula a una velocidad que incluso las previsiones más pesimistas no anticipaban”, explicó el presidente.
El nuevo confinamiento guarda varias diferencias con la cuarentena que fue decretada en marzo: las escuelas seguirán abiertas, la actividad laboral continuará en medida de lo posible – primándose el teletrabajo– y se seguirán permitiendo las visitas a las residencias de ancianos.
Solo se permite la salida del domicilio en determinadas situaciones: ir a trabajar, acudir a una cita en el médico, asistir a un familiar, hacer compras de primera necesidad o hacer deporte – individual y en las proximidades del domicilio.
Asimismo, el Gobierno francés ha prohibido las reuniones –tanto en espacios privados como públicos – y ha cerrado todos los bares, comercios y restaurantes.
Francia ha cerrado sus fronteras a todos los ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea. Por el momento, a pesar de que la mayoría de países de Europa estén aumentando sus restricciones ante la segunda ola de coronavirus, la UE mantiene las fronteras del espacio Schengen abiertas.
El pasado jueves 29 de octubre, la canciller alemana, Ángela Merkel, anunciaba nuevas restricciones en el país tras una reunión con todos los presidentes de los länders. “Hemos aprobado unas medidas duras para todo el país y hemos tenido como prioridad política mantener en la medida de lo posible la economía intacta y mantener abiertas las escuelas y las guarderías”, expresó.
A partir del lunes día 2 de noviembre, todos los bares, teatros, cines y gimnasios estarán cerrados hasta finales de mes. No obstante, se seguirá permitiendo el servicio a domicilio por parte del sector de la restauración.
Además, no se permitirán las reuniones de más de 10 personas que, además, no deben de proceder de más de dos domicilios, y se ha pedido que se evite la movilidad y los viajes con fines turísticos.
“Tenemos que encontrar un camino para asegurar la salud y no caer en una situación de emergencia sanitaria y, por otro lado, tenemos que mantener la vida económica”, expresaba la canciller.
Boris Johnson, el primer ministro de Reino Unido, anunció el pasado sábado 31 de octubre un nuevo confinamiento nacional en todo el país que se mantendrá hasta el próximo jueves 2 de diciembre.
Durante el mes de noviembre, “los comercios no esenciales y los recintos de entretenimiento cerrarán, y los pubs y restaurantes deberán cerrar excepto para servir comida a domicilio”, según señaló el mandatario británico. No obstante, los sectores de la economía que no permitan el teletrabajo – como la construcción–, continuarán su actividad.
Johson expresó que no se tratará de un confinamiento tan restrictivo como el de marzo. No obstante, solo se permitirá la salida del domicilio para acudir a los centros educativos, ir al trabajo o realizar compras de primera necesidad. Solo se permitirá una hora de ejercicio en el exterior al día y el contacto con una sola persona procedente de otra vivienda.
El fin de estas medidas, según explicó el Prime Minister a la población, es que “seamos capaces de permitir que las familias puedan reunirse en las próximas vacaciones de Navidad”.
Durante el mismo día 31 de octubre, el Gobierno portugués anunció el confinamiento de todos los municipios con riesgo elevado de contagio a partir del próximo martes 4 de noviembre. La medida, por la que quedará confinada más de un 70% de la población, solo permite la salida del domicilio para realizar actividades imprescindibles: ir a trabajar, a comprar o al colegio.
“Si no tenemos que hacer nada indispensable, debemos quedarnos en casa. Podemor ir a trabajar, a la escuela, a comprar, salir a hacer ejercicio físico, asistir a personas que lo necesiten… Pero la regla es que debemos quedarnos en casa”, explicó tras la toma de la decisión el primer ministro portugués, António Costa.
El pasado lunes 26 de octubre, Italia impuso el cierre obligatorio de bares y restaurantes a las 6 de la tarde. Esta medida se mantendrá durante, al menos, un mes.
Al igual que el Gobierno de Merkel, el Ejecutivo de Conte ha cerrado cines, teatros y gimnasios, y ha pedido a los italianos que eviten los desplazamientos innecesarios.
El pasado día 14 de octubre, el Gobierno holandés impuso un bloqueo parcial al sector de la hostelería de cuatro semanas. Los bares, restaurantes y cafeterías de todo el país permanecerán cerrados, aunque se permitirá el servicio de entrega a domicilio.
Asimismo, a partir de las 8 de la tarde queda prohibida la venta de alcohol tanto en los servicios de hostelería como en los establecimientos comerciales.
Holanda ha pedido a la población que se quede en casa y que se eviten las reuniones sociales en la mayor medida posible. Solo tres personas pueden visitar otro hogar como invitadas al día. Además, las reuniones de más de cuatro personas en el exterior quedan prohibidas para los mayores de 13 años.
El pasado 21 de octubre, Irlanda decretó un confinamiento domiciliario de seis semanas a toda su población. El Gobierno irlandés ha cerrado todos los establecimientos no esenciales y ha impuesto el teletrabajo siempre que sea posible.
Solo se permite salir del domicilio para ir a trabajar o hacer ejercicio en las proximidades de la vivienda.
Al igual que en Francia, bares y restaurantes solo podrán ofrecer comida a domicilio; y las guarderías y las escuelas seguirán abiertas.
Ante los alarmantes datos epidemióligocos de la pandemia del nuevo coronavirus de las últimas semanas en toda Europa, se esperan más restricciones durante los próximos días.
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