El atentado que ha dejado tres muertos en Niza ha hecho que Francia suba el nivel de alerta hasta el máximo: el llamado «urgencia atentado» queda activado como estrategia antiterrorista. Se pretende evitar nuevos ataques en una mañana agitada para nuestro país vecino, que además se despierta confinado por la situación pandémica.
El primer ministro Jean Castex ha anunciado la implantación el nivel de alerta de seguridad máximo en todo el territorio francés y ha desplegado un dispositivo de lucha antiterrorista para evitar nuevos fallecimientos o heridos ante la amenaza inminente de ataques yihadistas.
Este nivel solo se puede activar después de un atentado o si se ha identificado a un grupo terrorista que va a actuar pero al que no se ha localizado. Estará activado mientras se gestione la crisis y está pensado para proteger a los ciudadanos.
Castex ha anunciado la medida después de que un terrorista de la Yihad haya matado a tres personas en una iglesia en Niza, dos mujeres y un hombre y el intento de ataque neutralizado en Aviñón. La respuesta del Gobierno de Francia va a ser «implacable y firme», ha anunciado el primer ministro. El presidente Macron se está desplazando a Niza, y el alcalde la ciudad ha solicitado la aplicación de medidas urgentes para que no se produzcan más ataques violentos.
A finales de septiembre, se registraron dos heridos en la Plaza de la Bastilla en París, y la muerte de un profesor asesinado a las puertas del colegio donde trabajaba. El terrorismo islámico lleva varios años azotando a Francia: más de una decena de ataques se han registrado en los últimos cinco años. De ellos, los más graves fueron los de la revista «Charlie Hebdo» en 2015 que dejó 12 muertos, el ataque en bares y terrazas del centro de París en noviembre de ese año en el que se asesinaron a 131 personas o el atentado con un camión en Niza en julio de 2016 que acabó con la vida de 86 personas. Ahora, ante la alarma causada por el ataque en Niza, el país aplica la alerta máxima y espera prever nuevos atentados.
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.