Mariangela Cerrato, la italiana que envenenaba día a día el capuchino de su compañera de trabajo. La italiana, Mariangela Cerrato, era empleada en una compañía de seguros de Bra, en el Piamonte, Cerrato cuando se entero que iban haber recortes de personal en la empresa, comenzó a idearse un plan el cual implicaba envenenar a su colega, para así lograr que ella no fuera despedida.
Mariangela se mostraba amable y como un «supuesto buen gesto» le llevaba el café a su compañera Alice Bordon, y tal como lo había planeado le llevaba la bebida todos los días, pero en esta decidió echar algo más que café, por varios meses, le añadió ansiolíticos a su compañera para que se quedará dormida en el escritorio y así fuera Bordon la despedida en el caso que la empresa quisiera reducir a el personal.
Todo comenzó en el 2017, cuando Cerrato era la elegida por su equipo para traer los cafés de la mañana, por lo que Bordon no tenía ninguna sospecha contra ella, a pesar de no ser amigas la consideraba como una colega amable.
Sin embargo el 6 de octubre de este año, Bordon ha contado a La Stampa que; como era habitual Cerrato les llevo el capuchino, pero ese día se lo bebió rápido, normalmente se lo tomaba despacito, a sorbos pero ese 6 de octubre estaba en el con una cliente a la cual le pidió unos documentos, tras levantarse para ir a la fotocopiadora «sentí que falló el equilibrio, lo veía todo negro y me parecía que flotaba en el aire».
Debido de esa reacción; fueron a la farmacia que quedaba al lado de la oficina y luego se desplazó a urgencias, pero en ninguno de los dos lados lograron detectar que había sido, a pesar de eso los médicos sospechaban que podía ser un ictus (obstrucción de una arteria cerebral o su rotura), tras pasar varios días haciéndose pruebas en el hospital le dieron de alta.
Dos semanas después se repitió lo mismo, tras beber el café tuvo la misma reacción y nuevamente los médicos no sabían que tenía. Por tanto tiempo siendo envenenada pudo haber perdido la vida; incluso un día, al salir del trabajo, termino chocando su coche contra el muero de una casa. Por suerte el airbag funciono y una persona fue ha auxiliarla.
Bordon empezó a sospechar en navidad, cuando Cerrato se tomó unos días libres y ella comenzó a sentirse mejor. En ese momento desconfió del café y siguió los consejos de la neuróloga y dejó de tomarlo; pero su recelo continuaba y la incertidumbre seguía, todo se volvió más extraño cuando su compañera cada mañana le insistía «te traigo café ¿ qué daño te va hacer?. Ante su persistencia, Alice dijo que sí. Aún teniendo sospechas se tomó solo medio y el resto lo llevó a analizar a un laboratorio.
En el análisis detectaron benzodiazepina en polvo, un ansiolítico que produce somnolencia, vértigos, dolor de cabeza, debilidad muscular y ralentización de las actividades cerebrales. En el capuchino había 10 veces más de la dosis permitida.
Como resultado llegó la policía, la cual logró grabar a Cerrato echando el medicamento en el café. Al final no solo ha sido despedida, también fue acusada por lesiones personales agravadas y fue condenada a cuatro años de cárcel. A pesar de las pruebas, ella lo niego todo; desde ese momento Alice se ha recuperado.
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