Soumya Swaminathan, científica jefe de la Organización Mundial de la Salud – OMS – alertó sobre los posibles riesgos que podría generar una vacuna contra la COVID-19 “que no ha sido estudiada adecuadamente” en una rueda de prensa telématica, que tuvo lugar el pasado lunes 31 de agosto.
Según la organización, las futuras vacunas del coronavirus deben aprobarse una vez que se conozcan los resultados de la fase 3 de los ensayos clínicos.
La científica aseguró que «los científicos alrededor del mundo están pidiendo a las agencias (reguladoras) y a las compañías que la aprobación de una vacuna se haga en función de datos obtenidos en la fase 3 de los ensayos clínicos».
Según Swaminathan, el uso de vacunas que han sido lanzadas de forma prematura puede dificultar la lucha global contra la pandemia del coronavirus. Una aprobación temprana del medicamento puede llevar a que se corten los ensayos clínicos aleatorios del mismo. Esto impide que se llegue a conocer realmente la seguridad y eficacia del fármaco.
Por otro lado, señaló que los atajos clínicos pueden llevar a que las vacunas tengan un nivel de eficacia demasiado bajo. “Idealmente, no queremos que una vacuna con menos del 30% de eficacia reciba aprobación” puesto que con un índice más bajo “no haría su trabajo de poner fin a esta pandemia”.
Swaminathan informó que la OMS y las agencias reguladoras de aquellos países que investigan vacunas experimentales han fijado en un 50% el nivel de eficacia que la vacuna contra la COVID-19 debería tener para evitar riesgos.
La OMS sostiene que, a pesar de la urgencia existente por encontrar una vacuna contra el coronavirus, no deben de aprobarse fármacos cuyo “perfil de seguridad que no sean aceptables”.
«Lo más importante es que las decisiones se tomen en función de lo que dice la ciencia y contar con un grupo de científicos que no sea influenciado por ningún interés, que analice los datos y recomiende si una vacuna debe ser aprobada», declaró la científica jefa.
Las declaraciones de Swaminathan muestran que la OMS está bastante preocupada por el reciente lanzamiento de vacunas que no han sido estudiadas “adecuadamente”. China informó a finales de agosto que llevaba un mes inoculando una vacuna contra la COVID-19 que no había pasado los ensayos finales en grupos de riesgo. Rusia anunció el pasado 11 de agosto el lanzamiento de una vacuna contra la enfermedad, que levantó muchas sospechas.
Mike Ryan, director de emergencias, ha proseguido las declaraciones de Swaminathan destacando que «el desafío al que nos enfrentamos ahora es que pasamos de vacunar cientos de personas (fase 2 de ensayos clínicos) a cientos de miles de personas (fase 3). Necesitamos los resultados de eficacia y seguridad de estos estudios porque si empezamos a vacunar a millones de personas muy rápido podemos pasar por alto algunos efectos adversos».
El alemán Mark Bryan tiene 61 años y usa falda con tacones para ir al trabajo, no es gay y tiene esposa, hijos y nietos.
Cinco muertos y casi 400 evacuados al chocar un avión comercial con una aeronave de la Guardia Costera en un aeropuerto de Tokio, Japón.