Shinzo Abe dimite como primer ministro de Japón por ciertos problemas de salud. La situación viene dada desde hace más de una década y ya le obligó a abandonar su mandato en 2007. A sus 65 años sufre de colitis ulcerosa, una enfermedad intestinal crónica, y esto le habría llevado a numerosas visitas al hospital que no pasaron desapercibidas.
El ministro confirmaba su renuncia mediante una rueda de prensa convocada este viernes en la que además ha pedido disculpas a los ciudadanos por no haber alcanzado los objetivos que se habían marcado durante su cargo.
La enfermedad que padece ya le obligó a tomar la decisión de abandonar su cargo como líder del país del 2006 al 2007. En 2012 volvió a la política consagrándose como primer ministro. Este viernes Shinzo Abe ha declarado: «En junio los médicos me avisaron de que la enfermedad había regresado. Mi salud se ha deteriorado, he perdido mucha de mi energía y mi fuerza»
Poco antes de esta renuncia, Abe conseguía ser el mandatario con más días consecutivos ejercidos en el cargo con ocho años y medio de permanencia. Una cifra que hasta la fecha figuraba para su tío abuelo Eisaku Sato, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1973.
Dos visitas recientes al hospital universitario Keio, ubicado en Tokio, hicieron saltar los rumores de que su estado de salud podría haber empeorado.
Asimismo, la marcha del primer ministro nipón se ve marcada por la caída de su popularidad debido a la gestión del coronavirus y los escándalos de varios miembros del Partido Liberal Democrático, además de una gran recesión económica por la que el Producto Interior Bruto del país alcanzó su mayor caída en siete décadas y el aplazamiento de los Juegos Olímpicos a 2021.
El coronavirus vació los centros comerciales y cayó en picado la demanda de automóviles, entre otras exportaciones. De esta manera, el país se sumió en la mencionada recesión económica.
La pandemia ha provocado en Japón 1.241 víctimas y más de 65.000 infectados por Covid-19. Se tachó al primer ministro de una torpe respuesta temprana al virus y los críticos consideraron falta de liderazgo por parte de Shinzo Abe.
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