En América Latina, el coronavirus está ahora totalmente fuera de control: la pandemia está creciendo exponencialmente. El número de infecciones ha pasado a 1,5 millones y la cifra de muertos es de 73.600, de las cuales 40.000 están solo en Brasil.
Pero la curva no quiere reducir la velocidad.
Según los datos proporcionados por las autoridades sanitarias, de hecho, la tendencia estadística muestra cifras alucinantes: de 40 a 50 mil infecciones por día, 1.507.150 casos desde marzo. Y como si eso no fuera suficiente, la crisis económica causada por la emergencia sanitaria también está causando preocupación, lo que está aumentando las discrepancias socioeconómicas en comparación con otras realidades mundiales.
El caso de Brasil, donde se ha constatado que más de 100.000 personas infectadas están infectadas en sólo tres días, es una preocupación. El Estado liderado por Bolsonaro contribuye al presupuesto global de América Latina, con la mitad de los infectados (802.828) y el 60% de los muertos (40.919). La situación en las otras áreas es la siguiente: Perú con 214.788 infectados y 6.109 muertos, Chile (154.092 y 2.648) y México (129.184 y 15.357). Otros seis países (Ecuador, Colombia, Argentina, República Dominicana, Panamá y Bolivia) tienen más de 10.000 infectados y 400 muertos.
El presente incierto irá seguido de un futuro complejo. De hecho, más allá de los datos sanitarios, también es la situación económica de un área ya compleja de la zona. Las economías de estos países están fuertemente paralizadas y en recesión: con más de 200 millones de pobres, al cierre de 2,6 millones de empresas, la pandemia de coronavirus en América Latina está haciendo temer a los expertos la perspectiva de perder una nueva década.
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