Manifestantes de Estados Unidos siguen saliendo a la calle a protestar contra la muerte de George Floyd y la violencia policial, a pesar de las decisiones que ha tomado Donald Trump para detener las movilizaciones, las cuales han ido agudizándose con el paso de los días a pesar del toque de queda impuesto por el presidente norteamericano.
Por octava noche consecutiva las personas se concentraron martes 2 de julio frente a la Casa Blanca sin importar que en días anteriores habían sido reprimidos con gas lacrimógeno. Además, se siguen registrando saqueos en diversas localidades, como Washington, Nueva York, Los Ángeles, Orlando, Florida, Filadelfia y Houston.
Trump ha impulsado una solución militar y Washington estuvo lleno de tropas militares para bloquear las calles de la ciudad, estimándose un despliegue de más de 1.500 soldados, de acuerdo con la información del Departamento de Defensa. En otros estados también se ha activado a la Guarda Nacional, específicamente a aquellos que pertenecen a la reserva. Trump ha criticado, mediante la red social Twitter, a las autoridades locales por la respuesta que han dado ante los disturbios que se han generado, invitándolos a desplegar a soldados armados y policías para poner fin a las manifestaciones en contra del racismo, tanto así que advirtió que será él quien tome la decisión si no lo hacen los gobernadores de los estados.
Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, defendió el trabajo que ha hecho la policía y ofreció el apoyo de los cuerpos de seguridad estatales, pues cree que al contar con al menos 38 mil efectivos para poder hacer frente a las movilizaciones. Las alarmas se han saltado además por las aglomeraciones que se registran en las manifestaciones en plena pandemia mundial por el Coronavirus, especialmente porque Estados Unidos es uno de los países más afectados por esta enfermedad.
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