Con más de 466.000 contagiados, Estados Unidos suma más infectados que España, Italia y Francia juntos, y más de un cuarto del total mundial (1,6 millones). Actualmente los fallecidos se sitúan en 16.690 personas, superando a España (15.238) y acercándose rápidamente a Italia (18.279).
Las previsiones de la Casa Blanca ascienden hasta unos 60.000 fallecidos por el Coronavirus, cifra que están intentando controlar implementando medidas de confinamiento en la mayor parte del país. El epidemiólogo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y hombre clave en el grupo de trabajo de la Casa Blanca para paliar esta enorme crisis, afirma que estas precauciones empiezan a surtir efecto, ya que hace una semana las previsiones eran de entre 100.000 y 240.000 fallecidos.
La mejora de las estimaciones coincide con algunos datos positivos en el estado de Nueva York, el epicentro e la pandemia, pero el gobernador, Andrew Cuomo, llamó contra la relajación de las medidas para evitar que ese desastre se repita a lo largo del país. Tan sólo ese estado ya acumula más casos que España, superando los 160.000. Al mismo tiempo, Trump acelera las expulsiones de inmigrantes sin papeles, teniendo en custodia de la patrulla fronteriza a menos de 100, cuando hace un año la cifra rondaba los 20.000.
La administración del presidente ha intentado llevar a cabo algunas de sus medidas más restrictivas, incluyendo el bloqueo de la entrada a las personas que solicitan asilo. El brote ha afectado con gravedad en otras zonas, como Las Vegas, que se ha convertido en un pueblo fantasma. Decenas de miles de empleados han perdido sus trabajos después de que el estado de Nevada cerrara todos los negocios no esenciales a finales de marzo. Aunque algunos casinos siguen apoyando a los trabajadores, la mayoría han ofrecido una paga de tan sólo dos semanas o incluso menos, forzándolos a solicitar el paro.
Si los casinos de EEUU permanecen cerrados hasta mediados de mayo, se estima que dejarán de generar 43.500 millones de dólares de ingresos, lo cual afectará gravemente a la economía general del país. Las prisiones tampoco se libran de la pandemia, como es el caso de una cárcel el Chicago que ha registrado 450 casos confirmados entre reclusos y trabajadores. El brote en este penal representa uno de los más grandes que se han dado en ese país en un solo sitio desde que se inició la pandemia.
La situación saltó a las portadas cuando los reclusos colgaron carteles escritos a mano pidiendo ayuda en las ventanas de las celdas que daban a la calle. El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sostenido un encuentro por videoconferencia con algunos alcaldes. Les ha pedido que comuniquen bien a los ciudadanos y se rodeen de buenos asesores para tomar buenas decisiones. “Digan la verdad. Hablen claro. Hablen con empatía hacia las personas que están pasando por esto. El mayor error en una situación como esta es la desinformación”.
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