La líder en la lucha por el cambio climático ha hablado sobre cómo afecta esta enfermedad a su día a día.
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Greta Thunberg, conocida activista, tiene una enfermedad diagnosticada desde hace tiempo y este ha sido su duro camino desde entonces.
Asperger, la enfermedad de Greta Thunberg
“Tengo Asperger. Eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma.
Pero ser diferente, es un superpoder”, escribió en 2019 Greta Thunberg en Twitter.
Tenía 12 años cuando le diagnosticaron la enfermedad. «Lloraba de noche cuando debería estar durmiendo. Lloraba camino a la escuela. Lloraba en sus clases y durante sus descansos, y los maestros llamaban a casa casi todos los días.
Dejó de tocar el piano, dejó de reír, dejó de hablar y dejó de comer«, cuenta su madre, Malena Ernman, en sus memorias Our House Is on Fire. En ese mismo libro explica como Greta pasó casi dos meses sin comer. «Había perdido casi 10 kilos, que es mucho cuando eres bastante pequeña. Su temperatura corporal era baja y su pulso y presión arterial indicaban claramente signos de inanición».
Diagnosticaron la enfermedad a Greta Thunberg con 12 años
“Se comportaba de manera extraña, hablaba demasiado bajo y casi nunca saludaba”. Los padres, que hicieron lo imposible para ayudar a su hija, la obligaron a comer, provocándole un ataque de ansiedad de 40 minutos. Los médicos apuntaron hacia la depresión y a trastornos alimenticios e indicaron que era necesaria su hospitalización. Así Greta empezó a comer, pero no fue fácil. «No pegaba ojo por las noches y había perdido el apetito, hasta se me olvidaba comer. Me mantenía en pie por pura adrenalina», explica la madre.
Greta Thunberg después del diagnóstico de su enfermedad
Una vez hospitalizada le hicieron exámenes neuropsiquiátricos. Fue entonces cuando le diagnosticaron Asperger, autismo de alto funcionamiento, trastorno obsesivo-compulsivo y mutismo selectivo. Saber el diagnostico mejoró a la menor. Cuando su estado de salud mejoró, comenzó a manifestar una necesidad de afrontar la crisis climática. Logró concienciar a sus padres y hacerlos activistas. Lo consiguió a través de documentales, investigaciones y datos que contrastó. Sus padres comenzaron a tomarla en serio y cambiaron su dieta por el veganismo. Además, cambiaron su forma de consumo y promulgaron su nuevo comportamiento.
“Yo hice todas estas cosas, sabía que eran las cosas que había que hacer, pero no lo hice para salvar el clima, lo hice para salvar a mi hija. Tengo dos hijas y, para ser honesto, ellas son todo lo que me importa. Solo quiero que sean felices», explicó el padre, Svante Thunberg.