Sara Croft sigue los pasos de su madre, Ainhoa Arteta y despega su carrera como cantante. La soprano anunció hace unas semanas que se divorciaba.
Sara Croft sigue los pasos de su madre, Ainhoa Arteta y despega su carrera como cantante. La joven tiene 21 años y es fruto del segundo matrimonio de la soprano con Dwayne Croft, del que se divorció en 2003.
Sara Croft
Hija de un barítono y una soprano, no es de extrañar que la joven que, ha acaba de cumplir 21 años, continúe la trayectoria familiar. Dwayne y Ainhoa mantienen una excelente relación en la actualidad. Según fuentes consultadas por El Español, pese a los mediáticos apellidos que la acompañan, Sarah «es muy independiente y quiere conseguir metas con su esfuerzo y sin ayuda».
Como a su madre, no le gusta ser noticia en los medios de comunicación en lo que respecta a su vida personal y familiar. Es un mundo al que no quiere pertenecer y, de momento, se mantiene firme en su determinación.
En sus redes sociales comparte su trabajo como cantante. Se describe a sí misma como «cantante y bailarina» y tiene casi 3.000 seguidores.
Sarah ha grabado varios videoclips y canciones. Una de ellas, bajo el nombre de Love Me, vio la luz el pasado mes de febrero. El single lo filmó en la casa madrileña de su madre, en La Moraleja, el que ha sido también su hogar. En este último trabajo se pueden ver, desde dentro, algunos rincones de la fantástica mansión de la soprano en la elitista urbanización de Madrid.
Croft Arteta también ha lanzado al mercado otros sencillos como Ya no viene o There Is Another Sky. También ha compartido escenario junto a sus padres, entonando hace unos años, durante la gala Starlite de Marbella, la canción Imagine.
Duro momento de Ainhoa Arteta
Sara, junto a su hermano Iker de 11 años, son un gran apoyo para el duro momento por el que está pasando Ainhoa Arteta. A la separación del que será su cuarto exmarido, se le unen los problemas derivados de su ingreso en UCI en agosto.
La soprano española sufrió hace unos meses un cólico nefrítico que obligó a los médicos a extraerle una piedra del riñón. Este episodio le provocó una infección que desembocó en una septicemia por la que tuvo que ser trasladada en helicóptero al hospital sevillano Virgen del Rocío, donde permaneció seis días en coma inducido. La cantante pasó unas jornadas críticas y estuvo al borde de la muerte, pero finalmente pudo recuperarse.