Iglesias y Montero piden más de un año de cárcel para el hombre que «acosó» su casa durante ocho meses. Reclama que se le imponga una fianza de 20.000 euros.
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El ex vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra de Igualdad, Irene Montero, reclaman condena por delitos de acoso. Piden un año y medio de prisión al vecino de Galapagar investigado por el supuesto hostigamiento a su vivienda.
Iglesias y Montero piden cárcel por acoso al vecino de Galapagar
Así lo mantiene la defensa en el escrito. Este, remitido al titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Collado Villalba, recibió el escrito. En él solicitan sentar en el banquillo a Miguel Ángel Frontera. Aseguran que estuvo «a diario» frente a su vivienda «profiriendo improperios».
Además, Iglesias y Montero piden imponer una multa de 9.000 euros por los delitos de coacciones continuadas. También por injurias graves contra las instituciones del Estado. Piden a Frontera una fianza de 20.000 euros «para asegurar las responsabilidades pecuniarias que, en definitiva, puedan declararse procedentes y, subsidiariamente se reclamen al Estado».
El acoso a Iglesias y Montero, un año y medio después
La defensa justifica la petición por la «grave perturbación que han sufrido de forma injustificada y antisocial» ambos dirigentes, «siendo ajeno a la legítima protesta y encuadrándose en una actividad de hostigamiento y acoso en su residencia».
También insiste en «la afectación e impotencia» de Iglesias y Montero para «proteger a sus hijos en su hogar familiar ante los insultos, el acoso y las coacciones sufridas». «Es más, el daño sufrido alcanza al propio desarrollo de la personalidad de los tres hijos menores y a la intimidad de la familia en su conjunto que ha sufrido cómo no podían desarrollar su vida en privacidad», resalta.
Pena de cárcel por el acoso y fianza, piden Iglesias y Montero
También piden que declaren los agentes de la Guardia Civil encargados de la vigilancia en el perímetro de la vivienda y los propios Iglesias y Montero como perjudicados. En 2020 presentaron una querella contra Frontera por acoso, coacción, descubrimiento y revelación de secretos, desobediencia a la autoridad, alteración del orden público y contra los recursos naturales y el medio ambiente.
Según la defensa, Frontera estuvo «a diario» frente a su domicilio durante ocho meses «hostigando y profiriendo términos injuriosos» como «garrapata» o «chepas».
Declaran que Frontera fue el «instigador de las protestas» en Twitter y que en una ocasión «se alzó sobre una piedra para superar el muro» y «procedió a grabar desde ahí el interior de la morada», «invadiendo» su intimidad familiar.