Jorge Javier Vázquez reflexiona en su blog sobre la falsa denuncia de homofobia en Malasaña y carga contra Isabel Díaz Ayuso.
Jorge Javier Vázquez ha mandado un mensaje a Ayuso a través del Blog de Lecturas en el que escribe, tras reflexionar sobre el discurso que dio en Sálvame sobre la denuncia de homofobia que se hizo la semana pasada en Madrid, y que después resulto ser falsa.
Jorge Javier Vázquez: recado a Ayuso
«Ahora están los buenos madrileños y los malos madrileños», así es como tituló su post. En él comenzó diciendo que:
“Hemos empezado la temporada con la falsa denuncia homófoba de Malasaña, que para empezar el curso no está nada mal. Hay muchísima gente que ha respirado tranquila después de conocerse el entuerto. “Bien. Era mentira. Los gays, siempre quejándose. Todo está en orden”.
Después de recordar las palabras que pronunció sobre el miedo que tiene desde que se mudó a Madrid en 1995, destacó la costumbre que hay ahora en la que hablar de Madrid parece implicar atacar a la presidenta.
“Y se lio un poco porque algunos medios entendieron que era un misil contra Ayuso. Ahora, todo el que se atreve a cuestionar algo que suceda en la capital está cargando contra su presidenta”.
Después lo compara con Pujol y el caso Banca Catalana . “Recordemos el caso Banca Catalana: no lo atacaban a él, sino a Catalunya. Tócate la peineta. Esta situación me suena: ya la viví cuando estaba en Badalona”.
Jorge Javier Vázquez y Ayuso: madrileños buenos y malos
Vázquez llegó a la conclusión de que existen los buenos y los malos madrileños, y él considera que está en el bando de los malos. Además, hizo referencia a una de las frases mencionadas por Ana Rosa Quintana sobre el tema:
“No estoy en el lado bueno de esta historia. Se equivoca Ayuso si piensa que cuando digo que no me siento tan tranquilo paseando por Madrid le estoy dando una hostia”.
Para terminar hizo alusión a los ataques que cualquier persona homosexual sufre en algún momento de su vida:
“Todo gay sufre agresiones homófobas en todos los momentos de su vida. Las vivimos cuando somos niños en el colegio, luego en el instituto, en el trabajo, en la calle. Pero las tenemos tan interiorizadas que las aceptamos como algo que forma parte de nuestra vida. Y en el momento en el que el colectivo dice “hasta aquí” los esquemas de la sociedad se tambalean y se revuelven contra el cambio”.
