La vida de Leo Sharp fue llevada al cine con 'Mula', con más de 80 años fue conocido por traficar drogas para los traficantes mexicanos.
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Leo Sharp, fue un hombre de guerra que pasó a ser horticultor y luego un traficante de droga. Conocido a nivel mundial por ser mula a su avanzada edad para el Cártel de Sinaloa. La sorprendente historia de un personaje que ha llamado la atención por su coincidencia con el estreno de «The Mule» (La Mula), la más reciente película del director y actor Clint Eastwood.
La historia de Leo Sharp: quién fue
Nació el 7 de mayo de 1924 en Michigan City, Estados Unidos. Como veterano de guerra, fue condecorado con la Estrella de Bronce, un reconocimiento del país americano otorgado a quien se distingue por su mérito heroico en su labor militar.
Tras la guerra se convirtió en horticultor y florista, conocido a nivel mundial por su conocimiento en las especies de flores y su tratamiento híbrido en ellas, produciendo especies como «Ojo poco» y «Hemerocallis ‘Siloam Leo Sharp'».
También plantó flores en el Jardín de las Rosas para el expresidente estadounidense, George Herbert Walker Bush.
Su comienzo en el tráfico de drogas
Tras la crisis financiera, Sharp fue contactado por mexicanos, quienes le ofrecieron transportar droga para el Cártel de Sinaloa. En sus viajes del sur de la frontera y Detroit, alcanzó a transportar aproximadamente más de 300 kilos de droga. En el 2011 a sus 87 años de edad, Sharp fue detenido en un operativo de la DEA (Agencia Estadounidense Antidrogas) con un cargamento de 200 kilos de coca.
Con una sentencia a tres años de prisión, en el 2015 fue liberado por sus quebrantos de salud. En el 2016 a sus 92 años de edad, murió por causas naturales. En una audiencia afirmó estar «desconsolado» por lo sucedido, reconociendo lo que había hecho, diciendo: «ya está hecho».
La vida de Leo Sharp en la película ‘Mula’
Su vida fue llevada a la pantalla grande con la película llamada «La Mula» protagonizada por el actor estadounidense, Clint Eastwood, y escrita por Nick Schenk. Estrenada en diciembre del 2018 y basada en hechos reales. Un artículo escrito por Sam Dolnick en el New York Times sirvió de punto de partida para la creación de la película.
