El matrimonio formado por Patricia Cerezo y Ramón García ha decidido separarse de mutuo acuerdo, tras casi 25 años juntos y dos hijas en común.
Ramón García y Patricia Cerezo han decidido poner punto y final a 24 años de matrimonio. Eran hasta el momento una de las parejas del panorama social más consolidadas, al parecer ha sido de mutuo acuerdo y sin terceras personas de por medio.
Patricia Cerezo y Ramón García
Según fuentes cercanas a la pareja, ya han iniciado los pertinentes trámites legales, además cada uno estaría viviendo desde hace un tiempo en casas diferentes que quedan cerca del hogar familiar que tienen en Pozuelo de Alarcón.
“No es una crisis pasajera ni un arrebato. Los dos son personas muy sensatas y antes de dar este paso querían estar seguros; si no, no lo habrían dado”, afirman.
Este mismo miércoles, se ha podido ver como un camión de mudanzas llegaba a su casa a primera hora de la mañana. Además Cerezo ha sido pillada por las cámaras de un programa de televisión y al ser preguntada por la separación ha respondido de forma educada y tranquila que: «Todo está bien y en orden».
¿Cómo se conocieron?
Patricia era azafata cuando yendo por los pasillos de TVE conoció al presentador del mismo programa donde ella iba a trabajar. A partir de entonces comenzaron una relación y tuvieron dos hijas, Natalia de 17 años y Verónica de 14.
Fue en 2018 cuando se les pudo ver en las playas de Sancti Petri, Cádiz, donde tienen su segunda residencia. En el mes de noviembre de 2019 el padre de Ramón falleció a los 89 años, quien tenía una muy buena relación con su nuera, a quien consideraba una hija más. Estas fueron algunas de las declaraciones que Patricia hizo en un post publicado en su cuenta oficial de Instagram.
“He tenido la suerte en esta vida de tener al mejor suegro del mundo. Desde el primer día que me conoció, hace más de 25 años, me ha tratado y querido como a una hija”
“Quien le ha conocido sabe que no exagero al decir que Ramón es la bondad personificada. Siempre sonriendo, siempre amable, siempre cariñoso. Has sido mi debilidad querido suegro. Y la tuya, tus nietas. Te dejabas hasta despeinar por ellas, que tu hijo decía que jamás permitías que te tocaran el pelo, siempre tan impecable”
“Me quedo con la tranquilidad de que te has ido en paz, que has tenido una vida maravillosa y, lo mejor de todo, es que estarás ahora con mi padre con el que tanto te reías. Qué alegría le habrá dado al verte. Te quiero, Ramón”
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