Isabel Pantoja se ha personado este jueves por la mañana en los juzgados de Chiclana para acudir al juicio que su hijo Kiko Rivera inició contra su hermano Agustín. En calidad de testigo y ataviada con sus típicas gafas de color negro y la ropa a conjunto, ha preferido no dar declaraciones a la prensa que cubría el proceso.
El juicio se debe a la denuncia que Kiko Rivera interpuso contra su tío por apropiación indebida y estafa. El juicio comenzó el día 10 de junio, cuando el DJ acudió a los juzgados para ratificarla y aunque ese día no quiso decir nada ante los reporteros, en una entrevista previa para una conocida revista declaró que Agustín Pantoja «hasta puede entrar en la cárcel«.
Kiko no mantiene a día de hoy relación ni con su madre ni con su tío, después de que saliera a dar una serie de entrevistas sobre la herencia que le dejó su padre y que no ha recibido. Agustín por su parte, también ha denunciado a su sobrino por vulnerar su intimidad y su derecho al honor, por las declaraciones que ha hecho en la prensa y en el programa de Telecinco; Sálvame.
El sevillano afirmó a la vuelta de su viaje a Nepal, que los abogados de su tío son los mismos que tiene su madre y que fueron ellos los que «Se pusieron en contacto con los míos diciendo que querían llegar a un acuerdo». Fue entonces cuando:
«Yo les dije que OK y, para saber que venían de buena fe, lo primero que tenían que hacer era entregarme los enseres de mi padre que me pertenecen y están escritos en el testamento».
Al parecer aunque en un principio aceptaron entregarle los documentos, días después no se los entregaron. «Dijeron que sí, que no tenían ningún problema, al día siguiente decían que no los encontraban». Es por ello que Kiko ha querido llevar el tema por la vía judicial «Yo solo quiero que se haga justicia y, si alguien ha hecho las cosas mal, pues tendrá que pagar».
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