La española Carmen Hijosa ha sido nominada en la categoría SMEs del European Inventor Award 2021, por el uso innovador y sostenible de las hojas de piña.
Carmen Hijosa ha sido nominada por la Oficina Europea de Patentes en la categoría SMEs del European Inventor Award 2021, por su uso innovador de las fibras de las hojas de piña como alternativa sostenible al cuero. La española emplea este tejido que aprovecha un residuo como materia prima, perjudicando menos al medio ambiente.
Carmen Hijosa: hojas de piña
El presidente de la EPO, Antonio Campinos, ha señalado que «Carmen Hijosa ha demostrado cómo la innovación puede ofrecer alternativas sostenibles», por ellos se la ha nominado dentro de la sección de pymes, como premio del inventor europeo.
Hijosa tiene 69 años y es de Asturias, aunque no reside en España sino en Irlanda donde vive desde hace 50 años. Su pequeña empresa está en Londres y en una reciente entrevista ha contado en que se basa su invento.
«El material que he inventado está hecho con el desecho de las hojas de la piña, que son de alrededor de un metro. Estas hojas no tienen mucho valor, normalmente los agricultores las dejan pudrir, pero con ellas se puede producir una fibra que convertimos en un nuevo tejido que llevamos a España desde Filipinas».
La fibra a la que ha nombrado como «Piñatex», es una novedosa alternativa vegetal que se emplea para elaborar tanto bolsos, zapatos, como ropa, incluso para zonas interiores y llegará pronto a los coches.
Materia prima sostenible
Carmen ha explicado que las piñas las cultivan agricultores de Filipinas que viven en la pobreza.
«No extraemos materia prima de la tierra, sino que se trata de economía circular. Tenemos un producto que no necesita ni tierra ni agua ni productos químicos, y que da empleo a gente muy humilde».
En este país los agricultores son en su mayoría mujeres, las encargadas de recoger las hojas de la fruta y sacarles la fibra. A continuación, las llevan hasta la empresa de Piñantex dentro del país de Asia, y allí son purificadas con otros productos bioenzimáticos. Es entonces cuando la fibra se convierte en un no tejido que viaja en transporte hasta Cataluña envuelta en gigantes rollos, allí pasa por un proceso de refinamiento y se transforma en un material que se emplea en ropa y calzado.
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