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Irene Rosales y Kiko Rivera buscan nueva casa por sufrir amenazas

Irene Rosales y Kiko Rivera planean mudarse de casa con un claro objetivo tras haber recibido diferentes amenazas y acoso.

La pareja de Kiko Rivera e Irene Rosales, tras ocupar por tantos años una casa en Sevilla, específicamente en el municipio de Castilleja de la Cuesta, está en la búsqueda de otro hogar para vivir con sus hijas: Ana y Carlota.

Esta decisión se toma a raiz de que la pareja anunciase que sufren amenazas en su actual hogar.

Irene Rosales y Kiko Rivera buscan casa

Aunque no han sido confirmadas las razones de la mudanza, se presume que esta medida obedece a que, en la actualidad, una gran población de España tiene conocimiento de la ubicación exacta del domicilio de la pareja, puesto que en una trasmisión por la plataforma de streaming Twitch, por error Kiko dejó ver su número de teléfono y domicilio.

Luego de que se conociera el número del móvil de Rivera, éste recibió una gran cantidad de llamadas y mensajes, de personas desconocidas, por lo que se vio obligado a cambiar de móvil inmediatamente. En cuanto al cambio de vivienda, el DJ sin dar muchos detalles declaró que:

«Hay momentos de la vida que uno tiene que cambiar. Pero bueno, con tranquilidad ¿eh? Poco a poco, poco a poco».

Amenazas y acoso a la pareja Rivera-Rosales

Tras hacerse pública la dirección de la morada Rivera-Rosales, la pareja ha enfrentado una serie de invasiones a su privacidad que no han podido sobrellevar, para Irene no ha sido fácil verse sometida a ciertas amenazas que ha recibido su familia, a través de cartas que llegan a su domicilio

La contribuyente de “Viva la Vida”, recientemente hizo pública la denuncia en sus redes sociales, de la recepción de escritos amenazantes, provenientes de desconocidos, por lo que manifestó:

«Os dije que denunciarais una cuenta porque recibo insultos, de vez en cuando me nombran a mis padres y ahí es cuando no puedo más, pero lo que nunca os he contado es que recibo en casa cartas, como tres o cuatro cartas a la semana, de gente desconocida donde lo más bonito es que somos unas malas personas. Imaginaros todo lo demás».

Irene Rosales, aseveró también que, la circunstancia que están viviendo en cuanto a estas cartas «roza el acoso» y que no han podido hacer denuncia judicial, ya que, «la mayoría de las veces la carta “viene sin nombre» y agregó: «Tan solo pone el nombre de mi marido o mi nombre y nuestra dirección y ya está».

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