Isabel Medina tiene solo 18 años y se declara abiertamente seguidora de la doctrina de Hitler y una enamorada del fascismo.
El pasado sábado, 13 de febrero, Isabel Medina se convirtió en protagonista al pronunciar un discurso donde se declaraba ‘ enamorada del fascismo’. El acontecimiento tuvo lugar en Madrid, en una concentración de personas afines a partidos de la extrema derecha como la Falange Española o Europa 2000.
Para rendir homenaje a los soldados españoles caídos de la División Azul, en su 78 aniversario.
Isabel Medina fan del fascismo
Hasta hace unos días nadie conocía quién era Isabel Medina. Ahora se conocen más detalles sobre ella. Tiene tan solo 18 años, y dice tener como referentes en su vida a figuras como Primo de Rivera o Hitler.
Afirmó; «He entregado mi vida al fascismo».
Sin pelos en la lengua declara que; «Tengo muy claro lo que quiero hacer en mi vida, mi misión en este mundo, y no me arrepiento ni un ápice». Asegura ante un conocido medio, que no se esperaba que su discurso frente a 300 personas fuera a tener tal repercusión, «de haberlo sabido lo repetiría mil veces».
La joven es dirigente de una resucitada Sección Nacional Femenina de Falange. Además, forma parte del falangista Sindicato Español Universitario de la Universidad Complutense de Madrid. Allí estudia Antropología y Filosofía. Vive sola y cuenta que su padre intentó por todos los medios que no fuese fascista, le tiraba los libros que leía para informarse de la historia, pero no logró que se saliera de la ideología. Por ello, la echó de casa, pues no toleraba su forma de pensar.
Su discurso
Isabel acudió al acto de conmemoración, vestida con una camisa azul falangista, y pronunció su discurso por la megafonía instalada en el cementerio de la Almudena de Madrid.
«Es nuestra suprema obligación luchar por España y por una Europa ahora débil y liquidada por el enemigo, el enemigo que siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío. Porque nada hay más certero que esta afirmación: el judío es el culpable»
Un discurso que parecía de otra época, pero que expresó con actitud firme y desafiante, haciendo pausas largas de silencio e interpelaba a los presentes.
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