Borja Thyssen y Blanca Cuesta ampliarán una vez más su familia numerosa, con una quinta hija que se prevé nazca en diciembre.
Blanca Cuesta y Borja Thyssen llevan tiempo alejados de la vida pública. Sin embargo, la revista Hola ha informado que serán padres este próximo mes de diciembre de otra niña. El matrimonio ha logrado mantener en estricto secreto la noticia.
Borja Thyssen y Blanca Cuesta
Según las cuentas el noveno mes de embarazo de Blanca Cuesta coincidiría con su 46 cumpleaños en el mes de diciembre. Cuando están previsto que nazca su segunda hija. El matrimonio tieen ya cuatro hijos, tres niños y una niña.
El mayor Sacha que tiene doce años, Eric de diez años, Enzo de ocho años y Kala la primera nila de seis años.
Siempre ha sido habitual ver a Borja Thyssen y a Blanca Cuesta en eventos sociales, pero como el resto de celebrities este año han reducido al máximo sus apariciones públicas. La última vez que se les vio fue en Formentera disfrutando de las vacaciones de verano.
El nuevo nombramiento de Borja Thyssen
Después de que en verano de este año el patrono gubernamental del museo Nacional Thyssen-Bornemisza, dimitiera. Debido a su disconformidad con el papel que ejercía el Patronato del Museo, respecto a las decisiones que había estado tomando en relación con el préstamo de la colección de la Baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza.
Como consecuencia, la Baronesa Thyssen, nombro para ese mismo cargo a su hijo. Por lo que Borja Thyssen es el actual patrono.
Dicha decisión se tomó justo unas pocas semanas más tarde de que la baronesa Thyssen decidiera llevarse del Museo obras importantes de Gauguin y Mata Mua. Además de otras como Martha Mckeen de Wellfleet, Caballos de carreras en un paisaje, de Degas, otras de de Hopper, y El puente de Charing Cross, de Monet.
Todas estas obras pertenecen a un préstamo firmado en 1991, de la colección de la que Carmen Thyssen es propietaria. Este tenía una duración de diez años y desde 2011 se ha ido renovando cada año. En 2017 la baronesa reclamó al Ministerio de Cultura un nuevo marco de relaciones con el Estado, ya que según su parecer el contrato de 2002 estaba había quedado obsoleto.
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