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Si se dice que en la política estadounidense hay una maldición, los Kennedy pueden dar prueba de ello. Sin embargo, el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos 2020, Joe Biden, no es ajeno al sufrimiento y a las tragedias.
El candidato, que este año se enfrenta al actual presidente republicano, Donald Trump, ha tenido su gran plato de tristezas en su vida y este año podría conseguir sentarse en la Sala Oval.
Actualmente, se esta llevando a cabo el conteo de votos electorales que determinaran la presidencia de Estados Unidos. Una de las elecciones más importantes del país se disputa entre Joe Biden, ex-vicepresidente de la nación, y Donald Trump, actual presidente. En caso de que Biden logre ganar la presidencia, sería el político de más edad en tomar la Casa Blanca en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, su camino a este punto no ha sido fácil, las calamidades que ha tenido que sobrellevar Biden a lo largo de su vida, en vez de destruirlo, lo han fortalecido.
El candidato a presidencia que, de momento, el cargo más alto que ha ostentado ha sido el de 47º vicepresidente del país bajo el mandato de Barack Obama entre 2009 y 2017, ha tenido que trabajar y sobrellevar todas las situaciones que le ha dado la vida, para llegar a donde esta ahora. Hijo de un vendedor de autos de segunda mano, Joe Biden ha tenido que hacerse su propio camino y sobrevivir a la perdida de su primera esposa y dos hijos.
En 1966, Biden se casó con la educadora Neilia Hunter, con quien tiene tres hijos: Joseph Robinette (Beau), Robert Hunter y Naomi Christina, en orden de mayor a menor. Tan solo seis años después, mientras Neilia hacía las compras navideñas con sus hijos, y Biden aceptaba su puesto en el condado de New Castle, un camión se empotró con su coche y provocó la muerte tanto de su mujer como de su hija de apenas un año.
Para el candidato demócrata las penas no paran ahí, y es que aunque volvió a casarse, con la ex-profesora, Jill Tracy Jacobs, y tuvo otra hija, Ashley, en 2015 volvió a sufrir una dolorosa perdida. Su primer hijo, Joseph Robinette (Beau), fue diagnosticado con cáncer cerebral y, tras años de lucha contra la mortal enfermedad, falleció el 30 de mayo de 2015. A sus 46 años, el primogénito del ex-vicepresidente, era un alumno aplicado, padre ejemplar y ex fiscal general del estado de Delaware, quien probablemente habría llegado a ser gobernador de esa zona de la costa este de Estados Unidos.
El otro dolor de cabeza para Biden, ha sido su hijo Robert Hunter, quien no ha parado de meterse en problemas y ha generado polémica con sus acciones. Sus adicciones, tanto al alcohol como al crack, son de conocimiento público. Además, cuenta con varias multas por conducir en estado de embriaguez, como también se habla de los supuestos hijos bastardos que tiene desperdigados por todo el país.
Uno de los escándalos que más afecto a la campaña de su padre, durante estas elecciones, fueron sus supuestos negocios turbios con una empresa de gas en Ucrania, provocando un conflicto de intereses en la carrera de su padre. Además, a esto se le suma que tras la muerte de Beau, Hunter mantuvo una relación romántica con la viuda de su hermano en 2017. Ahora, a sus 50 años, el hijo de Joe Biden esta intentando no caerse del vagón y mantenerse limpio, mientras procura alejarse de la oscuridad que lo ha perseguido toda su vida.
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