Lejos quedan los tiempos de Novecento, Matrimonio de conveniencia o Cyrano de Bergerac (que estuvo muy cerca de darle el Oscar al mejor actor), pero no cabe duda que Gerard Depardieu es una de las mayores estrellas del cine europeo de nuestro tiempo.
A pesar de lo fondón y ya algo mayor que está, Depardie sigue alternando producciones comerciales (la saga de Asterix y Obelix), de prestigio (es el protagonista de Potiche, lo nuevo de François Ozon) y pequeñas películas como la que aquí nos ocupa, Mis tardes con Margueritte, una comedia dirigida por Jean Becker y coprotagonizada por la veterana Gisèle Casadesus que llega a los cines españoles el 20 de agosto.
Basado en la novela epónima de Marie-Sabine Roger, cuenta la historia de Germain Chazes, un hombre de 110kg, que desconfía de las palabras y vive en una caravana, en el fondo del jardín de su madre.
Él pasa su tiempo entre el café y el parque público y es considerado por la mayoría como un imbécil feliz.
Pero un día conoce a Margueritte, una anciana muy culta le hace descubrir el universo de los libros y las palabras.
Su relación con los otros y con sí mismo va a cambiar.
Estamos, sin duda, ante una de esas peliculas hechas por y para un público superior a los cincuenta años y aficionado al cine francés en su versión más amable.
Los aficionados al gran (en muchos sentidos) Gerard Depardieu tienen una nueva oportunidad de disfrutar de un gran actor.
Lástima que eso no siempre sea suficiente para ir a ver una película.
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